El Partido Popular ha hecho la presentación oficial de su código ‘ético’, al que oficialmente le dan el título de “Código de Buenas Prácticas” (vía pp.es). Tengo la impresión de que es un compendio de medidas respecto a todo lo que el PP ha hecho mal o le ha perjudicado en la Comunitat Valenciana y Madrid.

El Código se divide en cuatro partes: Principios generales; Carta de compromisos; Procedimiento de contratación; y Auditor de prácticas internas.

Los “Principios generales” son lo esperable, un mundo de luz y color, en el que el PP por fin reconoce que hay responsabilidades más allá de los estrechos márgenes del ilícito penal. Lo que no me gusta es que estas medidas lo que procuren es proteger la imagen de partido. Personalmente, hubiera preferido que se hiciera por la mejor marcha de la sociedad y una política más honesta, pero el Partido Popular ha puesto como bien a proteger la imagen del propio partido. Una pena.

La “Carta de compromiso” es una buena idea, tanto que me extraña que el Partido Popular no la tuviera implantada antes. Me llama la atención que la declaración de bienes y actividades no forme parte de la “Carta de compromiso” sino que solamente se “comprometan” a presentar legado el caso. Sorprendente.

El “Procedimiento de contratación” es también un descubrimiento por su novedad y que se presente como un gran logro lo que cualquier partido u organización sensata tendría que tener regulado hasta el último detalle: cómo y con quién contrata servicios externos. Así y todo me parece una regulación demasiado somera.

Finalmente, en la cuarta parte, está la nueva figura del “Auditor de prácticas internas”, que será la persona encargada de vigilar la observancia de este Código. Siendo un “Código” tan general y con tan pocas consecuencias prácticas, la labor de este Auditor dependerá más de las circunstancias que de las competencias recibidas.

¿Qué quiere decir este “Código”? Es el implícito reconocimiento que el Partido Popular tiene claro que el “Gürtel” le ha perjudicado y que pretende restañar sus heridas, no que determinados comportamientos no se vuelvan a realizar en beneficio de la sociedad. Es una opinión.