Dos colegas y Dos Hermanas


Dos colegas y Dos Hermanas

Por el atril de la localidad sevillana pasaron las mismas caras del giro copernicano de 1982

El año que viene celebraremos el trigésimo aniversario de la proclama más famosa del socialismo español: "Este país no lo va conocer ni la madre que lo parió". Era Alfonso Guerra quien, meses antes de arrasar en el 82, lanzó este grito programático que hizo fortuna. Y, efectivamente, pareció que el político sevillano llevaba razón. España se ha homologado a sus vecinos, se ha mostrado liberal en las costumbres, avanzada en lo capitalístico y erudita, deportivamente hablando. Pero el hecho de que, por el atril de Dos Hermanas, ayer pasaran las mismas caras que conformaron ese giro copernicano del 82, desmiente, en buena manera, el aserto del diputado Guerra. El PSOE cambió la cara de la España franquista, es cierto. Pero hoy ya podemos reflexionar con cierta base sobre si aquella intervención fue cirugía reconstructiva, un peeling o tan sólo unas inyecciones de bótox que paralizaron temporalmente los músculos de aquello que llamábamos poderes fácticos. Hace un par de días, en esta misma página, aventuraba yo que la campaña sería una especie de fiesta vintage que nos prepararía mental y estéticamente para regresar a las orillas del desarrollo europeo. Pero no pensé que la escenificación de dicha sensación fuese tan rápida y potente.


Otra vez juntos.

Por el atril de la localidad sevillana pasaron las mismas caras del giro copernicano de 1982

El año que viene celebraremos el trigésimo aniversario de la proclama más famosa del socialismo español: "Este país no lo va conocer ni la madre que lo parió". Era Alfonso Guerra quien, meses antes de arrasar en el 82, lanzó este grito programático que hizo fortuna. Y, efectivamente, pareció que el político sevillano llevaba razón. España se ha homologado a sus vecinos, se ha mostrado liberal en las costumbres, avanzada en lo capitalístico y erudita, deportivamente hablando. Pero el hecho de que, por el atril de Dos Hermanas, ayer pasaran las mismas caras que conformaron ese giro copernicano del 82, desmiente, en buena manera, el aserto del diputado Guerra. El PSOE cambió la cara de la España franquista, es cierto. Pero hoy ya podemos reflexionar con cierta base sobre si aquella intervención fue cirugía reconstructiva, un peeling o tan sólo unas inyecciones de bótox que paralizaron temporalmente los músculos de aquello que llamábamos poderes fácticos. Hace un par de días, en esta misma página, aventuraba yo que la campaña sería una especie de fiesta vintage que nos prepararía mental y estéticamente para regresar a las orillas del desarrollo europeo. Pero no pensé que la escenificación de dicha sensación fuese tan rápida y potente.

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Posted originally: 2011-11-06 08:00:00

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