Comentarios anónimos


Comentarios anónimos
El domingo leí un interesante artículo de Elvira Lindo que terminaba tratando el uso del anonimato en la red para verter todo tipo de afirmaciones de odio, en definitiva, el ‘troll’ de toda la vida 2.0. La pasada semana hubo en Ceuta un terrible asesinato, cometido presuntamente por un ciudadano marroquí, compañero de piso de [...]

El domingo leí un interesante artículo de Elvira Lindo que terminaba tratando el uso del anonimato en la red para verter todo tipo de afirmaciones de odio, en definitiva, el ‘troll’ de toda la vida 2.0.

La pasada semana hubo en Ceuta un terrible asesinato, cometido presuntamente por un ciudadano marroquí, compañero de piso de una estudiante de Enfermería. En el diario digital Ceuta al Día los comentarios se llenaron de comentarios de tal calibre que este medio se ha visto impelido a explicar el motivo que tienen para publicarlos.

Los editores de Ceuta al Día justificaban la publicación de comentarios de indudable corte racista en que esta publicación ponía de manifiesto un mal social que, de nuevo, las autoridades locales no podrían ocultar en una identidad inventada a su conveniencia.

Respetando su opinión, y aplaudiendo que no se encaramaran en la libertad de expresión como argumento, tengo que expresar mi disconformidad como lector de este medio. Y disiento porque creo que permitir generalizar públicamente sobre criterios étnicos o religiosos y hacer llamamientos a cometer actos impropios de la condición humana no puede ser una llamada de atención. Es más, no es ni la primera, ni la segunda, ni la trigésima vez que sucede esto y nadie se ha dado por aludido, es más, todo sigue igual o peor.

Y es que Elvira Lindo, inspirándose en un debate tenido en un medio norteamericano, da en el clavo: el anonimato. Los comentarios deberían moderarse siempre que exista la posibilidad de que sean anónimos o cuasi-anónimos y quien no quiera poner su nombre y apellidos verdaderos en un comentario será porque lo que diga no tiene demasiado interés o realmente le importa poco o nada.

Uno que ya lleva años de bloguero conoce casi toda la tipología de troll existente. Al troll no hay que darle cuartelillo, porque se crece y acaba ocupándolo todo. Lo ocupa todo y consigue su objetivo doble: colocar su mensaje y espantar a los demás.


Filed under: Ética, Blogs, Celtiberia, Ceuta, Derecho Constitucional, Derechos Humanos, Internet, Periódicos Digitales, Política, Política 2.0, Prensa, Racismo, Sociedad
Posted originally: 2011-12-13 10:30:23

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