Hace unos años, concretamente en los primeros años de la Presidencia de Zapatero, se lanzó un debate social (léase polémica) sobre el palpable hecho de que cada día había más “telebasura” en las cadenas españolas. Todo terminó en un “código de autocontrol” sin mucha utilidad.

Lo más simpático de todo esto es que todo el mundo hablaba de “telebasura” en esos mismos miembros que la emitían (y la emiten), pero nadie decía el nombre. Parecía como si la “telebasura” tuviera una existencia fuera de la televisión, algo que se podía ver sin que nadie la emitiese.

Hemos sabido que Telecinco ha presentado una demanda contra La Sexta porque consideran que en su programa “Sé lo que hicisteis” se ataca con la intención de “zaherir a Telecinco desacreditando su buena reputación e imagen en el mercado”. Es gracioso que Telecinco piense que tiene buena reputación e imagen que perder.

Pero hay una cita de la demanda de Telecinco que me hace reír, por no llorar:

Para decir que un programa no es del gusto de un determinado crítico no está justificado ni es proporcionado referirse al mismo como ‘una mierda’ de forma reiterativa y sistemática

Creo que el programa de Ángel Martín no pretendía decir que el programa no era de su gusto, sino que lo que querían decir era que Telecinco emite mierda. Si uno emite mierda, si la mierda es parte angular de su programación, corre el riesgo de que alguien te lo diga claramente.

Lo gracioso es que Telecinco se sienta dolido porque te digan lo mierdoso que eres, que muchos de tus empleados son cazadores en la basura y que tu lucha por la audiencia no desaprovecha nunca lo más bajo del ser humano. Hacerlo está mal, pero además querer tener buena imagen da asco, como la mierda que echan.