El disidente cubano Guillermo Fariñas,
en huelga de hambre y sed desde hace 16 días para pedir la libertad de 26 presos políticos cubanos que están muy enfermos, según ha dicho, y en protesta por
la muerte del también disidente preso Orlando Tamayo tras 85 días de ayuno, ha recuperado la conciencia y permanece en cuidados intensivos tras sufrir este jueves su segundo colapso, que coincidió con tensiones por la condena del Parlamento Europeo (PE) al régimen de la isla.