La tarde anunciaba buen fútbol y acabó por convertirse en una cuestión de carácter. No hay nada que refuerce más las convicciones que sobreponerse a la adversidad y
el Getafe doblegó al Villarreal en el peor de los escenarios. Los de Míchel, en inferioridad numérica durante 55 minutos, interpretaron mejor el guión y se comieron a un rival ofuscado.