Disyunciones casquianas


Disyunciones casquianas
Álvarez-Cascos todavía no ha anunciado si se presenta o no a las elecciones asturianas de mayo, pero mientras tanto sus partidarios ya se han inscrito como partido político para presentarse como tal a las elecciones. Hay dos posibilidades: que Cascos no se presente (improbable) y que se presente. En el caso improbable de que no [...]

Álvarez-Cascos todavía no ha anunciado si se presenta o no a las elecciones asturianas de mayo, pero mientras tanto sus partidarios ya se han inscrito como partido político para presentarse como tal a las elecciones.

Hay dos posibilidades: que Cascos no se presente (improbable) y que se presente. En el caso improbable de que no se presente desaparecería de la vida política, aunque sus amigos y clientes, en un PP reinstalado en La Moncloa, bien podría buscarle un sitio donde tenerle tranquilo y alejado de tertulias y artículos periodísticos: el Consejo de Estado siempre es un buen recurso.

En el caso de que se presente lo haría contra el que fuera su partido, AP transformado en el PP, y cabrían varias posibilidades, ya que ambos lucharán aproximadamente por el mismo electorado.

Álvarez-Cascos podría sacar mejor resultado del PP y la suma de ambos podría ser mayoría absoluta, de manera que Álvarez-Cascos reclamaría la Presidencia de Asturias (ahora ejercida por el PSOE) y la coalición podría convertirse en unificación bajo la baronía de Álvarez-Cascos, siendo ejecutados políticamente los actuales dirigentes del PP de Asturias.

Si ambas formaciones en su conjunto alcanzan una mayoría de gobierno pero teniendo el PP mejor resultado que Álvarez-Cascos será difícil para los populares negarle la Presidencia a Álvarez-Cascos y más cuando éste tenga en su mano la gobernabilidad. Si no llegasen a un acuerdo, teniendo entre ambos mayoría absoluta, pudiera darse un nuevo proceso electoral.

Si entre ambas formaciones no sumasen la mayoría absoluta, da prácticamente igual quien haya conseguido mejor resultado. En todo caso, a partir de ese momento, Álvarez-Cascos será un cadáver político sin partido (porque todos los demás volverán al PP y más si Rajoy gana en 2012) y los nuevos dirigentes populares siempre le podrán echar la culpa de la derrota, excusa que podrá durarle cuatro bonitos años.

Alguien podría pensar que llegaron a un punto de no retorno después de la rueda de prensa de Cascos y su ruptura con el PP en medio de reproches y acusaciones. Eso no es así, porque siempre está la excusa de que se hace por Asturias o por lo que sea y que algo más alto hace que se aparten los rencores personales.


Filed under: Asturias, Celtiberia, Ciencias Políticas, Diseño de Jugadas, Elecciones, Elecciones Asturianas 2011, Elecciones Autonómicas 2011, Política
Posted originally: 2011-01-21 09:00:43

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