Dudamel recuerda a Abbado con el ‘Réquiem’ de Berlioz en Notre Dame


Dudamel recuerda a Abbado con el ‘Réquiem’ de Berlioz en Notre Dame
El director venezolano, de gira por Francia con la formación Simón Bolivar, reunió a dos orquestas y dos coros en la catedral

Hector Berlioz presentó su famoso Réquiem, un encargo gubernamental para popularizar la música sagrada, el 5 de diciembre de 1837 en la imponente Catedral Saint-Louis des Invalides, en París. Casi 400 instrumentistas y coristas participaron en el exitoso estreno de dimensiones gigantescas. Casi dos siglos después, el célebre director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel, repitió la hazaña al dirigir un excepcional Réquiem, esta vez en la majestuosa Catedral de Notre Dame de París. Esta sentida Gran Misa de los Muertos, como se conoce también la obra, celebrada el miércoles por la noche, fue un vibrante homenaje al maestro y mentor de Dudamel, el italiano Claudio Abbado, fallecido el lunes a los 80 años y al que dedicó el concierto.

En 1837 “el réquiem provocó un entusiasmo inaudito”, recordó al inicio del evento, -que en pleno siglo XXI fue retransmitido en directo por Internet-, el arzobispo de la Catedral más famosa de París, con el permiso de Montmartre, monseñor Patrick Jacquin. “Nadie duda que el concierto de esta noche quedará igualmente grabado en vuestras memorias. Esta obra, llena de desmesura y con una fuerza arquitectural poco frecuente, encontrará aquí el lugar adecuado, en el espacio sagrado y suntuoso de la Catedral de Notre Dame”, concluyó.

Ante un público absorto que llenaba la Catedral, Dudamel dirigió este inusual concierto al frente de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela (OSSBV), la Filarmónica de Radio France y los coros de Radio France y de Notre Dame de París, para dar forma a esta obra de dimensiones descomunales: requería, entre otros, un coro de más de 200 voces y cuatro bandas externas de metales. Contó con el apoyo del director de coro Lionel Sow y con el tenor Andrew Staples como solista.

Durante algo menos de dos horas, Dudamel alternó así los extremos de esta obra, desde las evocaciones apocalípticas de los 16 platillos, pasando por el resonar de los tambores entre las paredes de la catedral gótica con su preciosa roseta de fondo, hasta el coro que cierra la composición y que el director compara a la aparición final de unos ángeles. Los aplausos, algo tímidos al inicio, como temerosos de romper ese momento fuera del tiempo, fueron dando lugar a unos más nutridos y el público acabó en pie.

El inusual concierto cerraba la minigira del venezolano y la OSSBV por la capital francesa, donde el domingo actuó, esta vez en la más habitual Sala Pleyel, con un programa centrado en Chaikovski. Este jueves, el también director de la Filármonica de Los Ángeles viaja a Omán, donde inicia su primera gira por Oriente Medio y donde este viernes dirigirá de nuevo su programa de Chaikovski, esta vez en la Royal Opera House de Muscat. El lunes, Dudamel y su orquestra estarán en el Festival de Abu Dabi en los Emiratos Árabes.


Posted originally: 2014-01-23 11:29:09

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