-Medio año después del duro percance de septiembre en Marbella, regresa a los ruedos en la cubierta cacereña de Navalmoral de la Mata. ¿Cómo se encuentra?
-Muy bien. Ha sido un milagro. Estuve a punto de morir y tres semanas en coma, pero no tengo secuelas.
-Suena fría su sentencia. ¿Es consciente de que otra vez pondrá en juego su vida?
-Sí, lo soy, pero no me imagino fuera del arte del toreo a caballo.
-Conchita Cintrón se preguntaba en un libro «por qué vuelven los toreros». ¿Por qué lo hace usted?
-La vida sin torear no es vida. Es cierto que mis padres llegaron a decirme que no volvería ...