La detención del presidente y director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, acusado de agresión sexual a una camarera, no podía haber ocurrido en peor momento para la zarandeada zona euro, agobiada por
las crisis de Grecia,
Irlanda y
Portugal. El máximo ejecutivo del FMI debía participar en la reunión del Eurogrupo que hoy se celebra en Bruselas y tenía previsto mantener antes una entrevista con la canciller alemana, Angela Merkel, para decidir sobre "posibles nuevos ajustes" al programa de ayudas a Grecia.