Germinal


  Nos encontramos en una red social de internet, hablamos mucho hasta darnos cuenta que nos conocíamos de vistas y de oídas, él un periodista de toda la vida de Ceuta, yo una mujer comprometida en las ongs y en la política. Comentamos  largas horas sobre la música francesa, el cine francés nuestras preferencias: Camus antes que [...]


 

Nos encontramos en una red social de internet, hablamos mucho hasta darnos cuenta que nos conocíamos de vistas y de oídas, él un periodista de toda la vida de Ceuta, yo una mujer comprometida en las ongs y en la política.

Comentamos  largas horas sobre la música francesa, el cine francés nuestras preferencias: Camus antes que Sartre, y cada vez que había un apagón lo llamaba, en este otoño ha habido bastantes, él me consolaba ante las sombras y me contaba que en su barrio tampoco había luz.

A los dos días de conocerme sabiendo que la torre de mi ordenador andaba en el taller, apareció por la ong con una torre prestada. Ante aquel gesto de generosidad me quedé muda, pero él le quito importancia.

Comenta en mi blog de vez en cuando, con pseudónimos,  me lee y le gusta hacerlo. A mi también me gusta leerlo a él: Sus relatos, su manera de dibujar el mundo. Nació en el exilio español, en el norte de Francia, sus padres, rojos de toda la vida,  lejos de España y del franquismo le pusieron un nombre extraño para Ceuta.

No es de aquí, pero se enamoró de todo lo que fluye en esta bendita tierra y se convirtió en ceutí de adopción.

Somos amigos.

Me llama sor, porque me ve como una monja seglar buscando recursos, yo lo llamo fráter,  porque a su manera también es un fraile seglar aunque sea ateo.

Hoy me he enterado que se va a Haití, que va de corresponsal de Cruz Roja, representado a nuestros chalecos rojos españoles. Un sentimiento de orgullo me ha llenado esta tarde.

Sé que aparecer con esa cruz que hermana a hombres y mujeres, que busca siempre ayudar, ser solidarios es importante, sé que Cruz Roja es una luz de esperanza siempre.

Espero que tenga suerte, espero que no se le rompa el corazón, espero que pueda sobreponerse al dolor y volver entero. Y que  su manea de bromear, reír, ayudar… sea consuelo para quienes andan absolutamente perdidos.

Desde aquí desearle suerte, a él y a todos los chalecos rojos que irán.

Yo me quedo aquí, pero mi corazón también anda con ellos.

 

 


Posted originally: 2010-01-14 00:36:49

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