El Getafe hizo los deberes ante el Espanyol con una
victoria (2-0) que posibilita a los madrileños seguir soñando con hacer gestas en su competición favorita y complica a los catalanes su pase a octavos de final. Los hombres de Míchel saltaron al terreno de juego con una lección aprendida desde el final del último partido de Liga: la Copa del Rey no se tira a la basura. Lo avisó Míchel durante la semana. No importaba que en el horizonte se avistara un partido en el estadio Santiago Bernabéu. La prioridad, hasta el jueves, era el Espanyol.