Grande hasta en la despedida


Grande hasta en la despedida
Canadá no sólo ganó sus Juegos, sino que hasta en la clausura mostró capacidad y humor para asumir sus errores. No lo necesitaba, pero dio una lección de humildad que sólo hacen los grandes. La ceremonia que cerraba Vancouver, también bajo techo, comenzó con un mimo vestido de electricista que salía de la misma zona donde no funcionó en la apertura el mecanismo de una de las columnas que debían formar el pebetero. Tras simular que enchufaba un cable, el artilugio se levantó al fin y apareció también la patinadora Catriona Lemay con la antorcha que nunca encendió entonces. Todo un acto de contrición insólito en la historia olímpica, que encorseta habitualmente las ceremonias.


Posted originally: 2010-03-01 05:17:00

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