-A Gómez, ¿con su doctorado honoris causa por la Complutense se honra el oficio de animal teatral?
-Yo creo que el de oficiante del teatro. El aprendizaje y entrenamiento del oficio de actor consiste en dejarse afectar por pasiones, conflictos, que no le son propios. Son destinos tremendos, a veces terribles, maravillosos, muchas veces llenos de desdicha, logro, fracaso, ira, malicia... Es un oficio demasiado humano. Dolor y superación. Algo de sacrificial.
-¿Qué hay en la cabeza del actor al comenzar?
-El logro. Hay un porcentaje extraordinario de vanidad, que persiste como bicho siempre al ...