Japón busca un plan B para controlar
la nuclear de Fukushima, en estado crítico desde hace más de un mes. Las dificultades para retirar el agua radiactiva, que dificulta enormemente los trabajos en la planta, llevó ayer a
la Agencia Nuclear Japonesa a anunciar que "piensa en otras opciones". Conforme pasan los días sin avances, crece la impresión de que cualquier réplica de calado -y ayer ya había 1.003 temblores medidos desde
el 11 de marzo- puede dejar la nuclear de nuevo sin refrigeración y disparar la alarma otra vez.