LeBron James se salió con la suya. Diez meses
después de anunciar a bombo y platillo que se iba a Miami en un programa de televisión que reventó las audiencias al propio tiempo que desencadenaba el momento más bajo de popularidad de la estrella de la NBA, tuvo su momento de revancha y de gloria. Fue el protagonista de la eliminación de los Celtics, el equipo contra el que se había estrellado cuando lideraba los Cavaliers de Cleveland. Esta vez fue contundente, un torbellino, no desaprovechó la ocasión de zanjar el asunto en el quinto partido de la serie.
Ganaron los Heat por 97-87 y eliminaron a los Celtics, finalistas el año pasado, por un contundente 4-1.