Bajo el sol de Melbourne, la cinta amarilla de Roger Federer, ese trozo de tela que le mece el pelo, se mueve sin el brillo de sus grandes momentos: gana 6-3, 3-6, 6-3 y 6-2 a Tommy Robredo, se cita en cuartos del
Abierto de Australia con el vencedor del Stanislav Wawrinka-Andy Roddick...pero en el camino se deja un rosario de 40 errores no forzados que no se explica solo desde la voluntad de Robredo.