Mayorías y controles


Mayorías y controles
Cuando el PSOE sacó la mayoría absoluta de 1982, Alianza Popular (ahora el PP) creó una imagen política que ha tenido éxito más allá de las circunstancias: el ‘rodillo’. Con ello querían evidenciar que los socialistas utilizaban su mayoría absoluta para tomar decisiones que no entraban a pactar con los partidos de la oposición sencillamente [...]

Cuando el PSOE sacó la mayoría absoluta de 1982, Alianza Popular (ahora el PP) creó una imagen política que ha tenido éxito más allá de las circunstancias: el ‘rodillo’. Con ello querían evidenciar que los socialistas utilizaban su mayoría absoluta para tomar decisiones que no entraban a pactar con los partidos de la oposición sencillamente porque no lo necesitaban.

En 2000 las tornas giraron y las urnas dieron mayoría absoluta al Partido Popular. Fraga dijo entonces, desdiciéndose de la maldad del ‘rodillo’, que la mayoría se tiene para ser usada y llevar a cabo su programa, algo completamente lógico y cierto pero que no lo era cuando gobernaba Felipe González.

Lo del rodillo se ha utilizado por parte de todo el que se encontraba en minoría. Parece como si las minorías reclamasen o exigiesen una capacidad decisoria que los ciudadanos no les dieron el día de las elecciones.

El hecho de tener mayoría absoluta debe garantizar una margen de decisión lo suficientemente amplio para que la candidatura que la ha obtenido pueda realizar su programa. La actual legislación da esos márgenes y algunos más, especialmente en materia local. La Constitución, y ahora la nueva generación de Estatutos de Autonomía, establecen mayorías cualificadas superiores a la absoluta para determinadas normas y nombramientos.

Los municipios se han endeudado sin límites, aprovechando unas leyes de financiación local sumamente porosas y un juego de mayorías realmente laxo que ha permitido, en algunos casos, en hacer un política ruinosa a largo plazo pero que, cada cuatro años, garantizaba la reelección del equipo de gobierno gracias a decisiones populistas, que son las que realmente gustan.

Unas mejores leyes de financiación local, un conjunto eficiente y reglado sistema de autorizaciones y unas exigencias de mayoría para los endeudamientos que eviten políticas populistas y clientelares, ya que la oposición tendría que estará a favor y no le interesará.


Filed under: Celtiberia, Derecho Local, Economía, Política
Posted originally: 2011-01-21 14:30:41

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