El pintor Ramón Astray. HENRIQUE MARIÑO
Ramón Astray (A Coruña, 1967) aprendió la ley de la calle nada más salir de la Facultad de Bellas Artes de Salamanca. Llegó al Madrid de la España posolímpica y había que comer, por lo que se acostumbró a enfundarse un traje antes de llamar al timbre. "Empecé vendiendo enciclopedias a domicilio, cuando había que trabar la puerta con el pie", recuerda este artista gallego, a quien no le alcanzan los dedos de las manos para enumerar sus trabajos alimenticios: recogevasos, camarero, encargado de bar... El imán que ejerce la barra también le llevó a decorar templos de la noche capitalina como Ya'sta, Siroco o Al'Laboratorio. "Yo soy un mercenario renacentista: tanto arreglo una silla como pinto una casa".
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Posted originally: 2013-12-18 07:00:00