No se puede decir que sea una máquina de hacer fútbol. Tampoco que lo que resta de Liga se vaya a convertir en un paseo. Sí se puede afirmar, sin caer en ningún error, que la recuperación física y mental de un futbolista como Luis Fabiano
convierte al Sevilla en un equipo competitivo. Sus geniales movimientos y la capacidad de definición digna del nueve de la selección de Brasil bastaron al Sevilla para derrotar a un Tenerife demasiado débil, con escasas prestaciones para mantenerse en Primera División.