Nadie quiere dormir en Belén


Nadie quiere dormir en Belén
Nada hacía prever que Belén pasaría al imaginario colectivo como un lugar amable. El relato bíblico de María y José, agotados y desesperados ante el avanzado embarazo de ella, llamando a puerta tras puerta para acabar durmiendo en un pesebre, no habla precisamente bien de la hospitalidad de esta población de Oriente Próximo. Y sin embargo allí nació Jesús, y la paja se convirtió en una mullida cuna, y el buey y la mula en una suerte de radiadores portátiles. En no pocos hogares la escena se recrea en una especie de idílica Suiza, donde la abundante agua del río baja de las montañas nevadas para regar, eso sí, los palmerales. Un lugar salido de la imaginación y que, de existir, no carecería precisamente de turistas.



Posted originally: 2009-12-20 17:19:00

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