«Oficial» sin caballero


«Oficial» sin caballero
La vida es así, y se escribe con renglones torcidos. Dios es peor aficionado de lo que pensábamos sus fieles. Prontito por la mañana Lalo Moreno había seleccionado al toro de la tarde: «Ya verás qué hechuras, Vicente. El 136 no puede fallar». ¡Qué ojo, torero! Probablemente, el toro más guapo de toda la Feria del ídem. Arremangado de astifinos pitones, corto de manos, manos siempre unidas, hondo, musculado, un punto silleto, una belleza de ébano. Los vuelos de las telas siempre fueron su objetivo. Y los quería escavar con la cuchara de su cornamenta desde capotes. «Oficial» se llamaba, «Ofici...
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