Patada para arriba


Patada para arriba
El interés de Rajoy por conseguir que Rodrigo Rato sea el Presidente de Cajamadrid no se debe a ningún criterio ni profesional ni bancario. El abandono de Rato a la carrera del FMI es un borrón en el expediente público de Rato, con todo lo que pasó allí poco después, que podría descalificarle rápidamente si [...]


Rato Aguirre
El interés de Rajoy por conseguir que Rodrigo Rato sea el Presidente de Cajamadrid no se debe a ningún criterio ni profesional ni bancario. El abandono de Rato a la carrera del FMI es un borrón en el expediente público de Rato, con todo lo que pasó allí poco después, que podría descalificarle rápidamente si se quisiera. Rajoy podría haberse quedado tan tranquilo, viendo como Aguirre nomina a alguien y él corrige levemente la elección, en vez de apoyar a Gallardón, Cobo y a toda la oposición interna a Aguirre en el PP de Madrid.

Rajoy quiere a Rato en Cajamadrid para mantenerle lejos de Génova. El ex Vicepresidente del Gobierno tiene una aureola casi sacral en las filas populares, las luchas intestinas de antes y después de las Elecciones Generales de 2008 le cogieron fuera y representa la cara más amable de la época de Aznar, gracias a que alguien filtrase convenientemente su profundo desacuerdo a Irak, el mayor error del ex Presidente.

El equipo de Rajoy no puede descartar un paso delante de Rato para intentar ser él, padre de la burbuja inmobiliaria, el que saque los réditos electorales de su pinchazo. La posibilidad de que Rato dé el paso, como hombre de paz, cobra intensidad cuando Rajoy ha perdido el apoyo de los populares valencianos, uno de sus principales anclas en la Presidencia del PP. De las grandes regiones solamente tiene Andalucía, pero se sabe que Javier Arenas, garantizándose que él permanece, se apunta con quien sea.

Aguirre no tuvo valor para presentar su candidatura y lanzarse a obtener avales, prefiriendo conformarse con las loas de Jiménez y de Ramírez. Gallardón no cumplió su promesa de irse cuando no consiguió entrar en la candidatura al Congreso. Rajoy sabe que ganó como ganó y que sus apoyos se están desvaneciendo a golpe de imputaciones judiciales. No es extraño que, con un Aznar quemado y desorientado, las masas populares se tornaran a Rato para pedirle que las liderase hacia La Moncloa en 2012.

Mandar a Rato a la Presidencia de Cajamadrid no tiene otra finalidad de quitar un posible adversario, ya que tendrá un puesto sumamente relevante dentro del mundo financiero español, su cuota de poder y su séquito de pelotas para que su ego esté lo suficientemente cubierto como para no pensar en cosas mayores. No hay nada más peligroso que un adversario desocupado y esperando a que te estrelles.

Posted in Banca, Celtiberia, Ciencias Políticas, Corrupción, Diseño de Jugadas, Madrid, Partido Popular, Partidos Políticos, Política, Rajoy

Posted originally: 2009-10-28 18:03:03

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