En la prensa, como en la barra del bar


En la prensa, como en la barra del bar
España se ha convertido en un país lleno de reformadores políticos y sociales que tienen su sede, como dicta la costumbre patria, en las barras de cualquier bar y en las mesas de las cafeterías. Todo el mundo propone cambios, reestructuraciones y disminuciones de los capítulos del gasto público que a ello no les afecte. [...]

España se ha convertido en un país lleno de reformadores políticos y sociales que tienen su sede, como dicta la costumbre patria, en las barras de cualquier bar y en las mesas de las cafeterías. Todo el mundo propone cambios, reestructuraciones y disminuciones de los capítulos del gasto público que a ello no les afecte. El conjunto de cosas que uno puede escuchar a lo largo del día es tremendo y normalmente, si une todo lo que oye, es amorfo, contradictorio y, realmente, nada ambicioso y sumamente conservador.

Esto no es sorprendente y no tiene más remedio que ser así. Algo menos justificable se da cuando un medio de comunicación señero, como “El País”, organiza una lluvia de ideas hasta llegar al redondo número de cien. Han sido múltiples los intervinientes en esta lluvia de ideas y supongo que cada cual es especialista en su ámbito.

El problema es que estas ideas no son más que eso: ideas. Reformas estructurales, cambiar modelos y mentalidades no puede hacerse como “El País” invita a hacerlo y como muchas veces se ha intentado: un “gurú” de cabecera dicta las normas al departamento ministerial que le venera, mientras que otro “gurú” hace lo propio en otro departamento, sin ninguna conexión e incluso desde perspectivas y objetivos diferentes.

Las medidas sobre ‘Educación’ y ‘Universidad’ son una muestra de esto. Por un lado se vuelve a la fracasada ideología de la LOGSE, con la ‘promoción automática’ como enseña y luego se habla de altos niveles de exigencia en la Universidad y castigo, en forma de tasas, a los alumnos que no aprueben las materias en tiempo y forma.

Los medios de comunicación deberían avivar los debates y proponer argumentos. Los lectores de los periódicos son ese segmento de la población que no se conforma con la interpretación de la realidad de Belén Esteban y se gastan un dinero al día en adquirir un medio impreso y buscan por sus páginas de Internet.

Las ‘cien medidas’ podrían ser una forma interesante para comenzar un debate social, auspiciado desde un medio de referencia, sobre cada una de ellas, donde se participase y se criticase la medida, se apoyase o se vieran los efectos que ésta pudiera tener. Esto no es así y esas medidas se presentan como lo que no son: la expresión de la reforma que España necesita.

Parece que esta época es difícil para los medios. Cada vez soy más de la opinión que la cuestión no es el soporte, la adaptación a la red 2.0 o cualquiera de esas expresiones metablogosféricas. Lo significativo y lo que justificaría a los medios de referencia sería proporcionar debates de calidad con información de calidad a quienes buscan eso y no lo encuentran en otros sitios.


Archivado bajo:Celtiberia, Comunicación, Prensa
Posted originally: 2010-06-25 10:30:01

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