Su historia sólo se puede narrar desde la épica. Una batalla sin ficción. Atsuhiro Shimoyama, El Niño del Sol Naciente en los carteles, abandonó su tierra natal en busca de un sueño: vestirse de luces. La Fiesta que Unamuno adivinó en el «bisonteo altamirano» la descubrió él en Japón a través de un reportaje taurino que desprendía «belleza, sentimiento y profundidad» cuando aún no había cumplido la mayoría de edad. Desde entonces lanceaba en sus duermevelas. Era el Quijote nipón apoderado de la locura del toreo.
Con dieciocho años, dejó el archipiélago estratovolcánico y su profesión de baila...