¿Queremos ser la RDA del Mediterráneo?


¿Queremos ser la RDA del Mediterráneo?
Los españoles somos maestros en eso de tener varios raseros morales, dependiendo de cualquier circunstancia o del grado de cercanía con el hecho o la persona interviniente en un acontecimiento. Somos tan dados a este relativismo que decir que tenemos doble rasero es decir poco, el que menos lo tiene triple y la mayoría cuádruple [...]

Los españoles somos maestros en eso de tener varios raseros morales, dependiendo de cualquier circunstancia o del grado de cercanía con el hecho o la persona interviniente en un acontecimiento. Somos tan dados a este relativismo que decir que tenemos doble rasero es decir poco, el que menos lo tiene triple y la mayoría cuádruple y quíntuple.

Con el tema del ‘dopaje’ nuestro país viene dando muestra bastante clara de las dimensiones de nuestros criterios morales y sociales. Escudriñando en mis recuerdos he conseguido extraer las imágenes de Jesús Hermida, que dirigía el programa matinal de TVE, anunciando que el contra-análisis a Perico Delgado por su positivo en el Tour había dado negativo y que, por tanto, el ciclista español podía alzarse con la victoria en la principal carrera por etapas del mundo del ciclismo.

Nació un mito nacional, realmente nacieron dos: Perico Delgado y que cuando un español daba positivo era mentira y una conspiración francesa contra los éxitos deportivos españoles. El positivo de Delgado no lo fue porque la Unión Ciclista Internacional todavía no había conformado su lista de sustancias prohibidas a la del Comité Olímpico Internacional.

Jorge San Miguel lleva mucho tiempo diciendo en Twitter que los españoles no nos tomamos el dopaje en serio cuando afecta a nuestro compatriotas. Los últimos casos demuestran esto mismo.

El ‘dopaje’ existe por una serie de razones médicas que no deportivas, así como por intentar establecer un terreno de reglas comunes a todos. Nadie va a negar que muchos deportistas siempre están al límite de las pruebas, pero tampoco que las normas no están para ser cumplidas y si no gustan, nuestro país puede fundar competiciones absolutamente libres de controles.

La imagen de un país también se juega en estas cosas (no tan importante como otras). El deporte profesional tiene un alcance que el hecho de que tus deportistas estén liados en asuntos poco bonitos no es la mejor imagen que puedes dar de tu país a esa gran cantidad de espectadores de los deportes televisados.

Cada cual, naturalmente, puede pensar lo que quiera, pero tenemos que elegir, tras años de leyes y reglamentos pretendidamente tibios en si queremos o no queremos convertirnos en una RDA mediterránea.


Filed under: Celtiberia, Deportes
Posted originally: 2010-12-15 09:00:40

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