Sara Montiel es incombustible; ayer lo demostró, tras acudir a la plaza de Callao para el reestreno de su película «La Violetera» y «montarla» en la céntrica plaza madrileña. Dentro y fuera de la sala, un público incondicional y, en su mayoría, contemporáneo, la vitoreó, piropeó y aplaudió sus canciones con auténtico fervor.
El cartel del cine Callao -donde se exhibió la película, dentro del ciclo de clásicos de entrada gratuita que se ofrecen dentro de la programación del Centenario de la Gran Vía- era ayer un resumen de la historia cinematográfica de España de las últimas décadas. En su fac...