Con la intervención de Cajasur he recordado aquellos tiempos en los que el Presidente del Gobierno, José María Aznar López, se sacó de la manga una norma que excepcionada a Cajasur y a otras cajas de ahorro de la Iglesia Católica del régimen general de las cajas e incluso recurrió, en consecuencia, alguna norma autonómica ante el Tribunal Constitucional.

El argumento fundamental era que las condiciones básicas de estos establecimientos financieros se encontraban en el Acuerdo de Asuntos Económicos entre España y la Santa Sede de 1979, de forma que, al ser estas normas de Derecho Internacional, no podían ser modificadas salvo por el procedimiento previsto en este ordenamiento jurídico.

Sin entrar a discutir el argumento, que formalmente puede tener cierta consideración y sin querer decir que esto tiene algo que ver con la intervención, creo que en todo este episodio hay un actor que no quiere asumir sus responsabilidades financieras y éste es la Iglesia Católica. Si el argumento del Derecho Internacional fue válido, entonces habría que decir que Cajasur era una entidad sometida a inmunidades ‘iure imperii’ y por tanto traslada parte de la responsabilidad de su situación al Estado que firmaba tratados juntos a España.

Cajasur, es de justicia indicarlo, funcionaba de una forma absolutamente independiente de la jerarquía católica local, llegándose a dar la situación de que cuando un obispo quería poner un poco de orden, éste se veía sometido a la eclesiástica operación de la ‘tapada hacia arriba’.

Posted originally: 2010-05-25 10:30:12