Perder elecciones es una cosa bastante normal en un sistema democrático. Es muy difícil que un partido siempre gane todos los comicios, en todos los ámbitos geográficos. Es normal perder elecciones, aunque a los miembros de un partido pueda serle muy doloroso.

Y es que es la segunda vez que veo al PSOE metido hasta el cuello en palabras como ‘refundación’. Palabras y actitudes peligrosas que pueden convertir al partido en un caos que terminará en un desastre aún mayor que el vivido en las municipales y autonómicas.

Ahora mismo en el PSOE se están dando muchos procedimientos simultáneos. La elección del candidato a la Presidencia en 2012, la elección del nuevo secretario general, la posibilidad de que el candidato y/o nuevo secretario general sea ya Presidente del Gobierno.

Lo de un Congreso Federal ahora, como ha propuesto Patxi López, me parece carente de sentido. Primero porque el PSOE tiene un órgano para evitarse reunir un Congreso y que tiene capacidad estatutaria y legitimidad política suficiente como para poder elegir el proceso a realizar: el Comité Federal.

Pero, y en segundo lugar, creo que sería una locura meterse en un Congreso Federal porque las federaciones regionales y las agrupaciones provinciales se encuentran exhaustas después de la campaña, conmocionadas por los resultados y muchas de ellas al borde de crisis internas.

Forzar congresos extraordinarios para elegir los delegados al Congreso Federal puede provocar la ocasión para que todos los enfrentamientos, resentimientos y ‘proyectos’ se materialicen y rivalicen bajo la forma de listas de candidatos a delegados. Así las divisiones internas podrán publicarse en los medios desde el nivel local al nacional, pasando por el comarcal (donde lo haya) y el provincial.

¿Qué toca? Asumir que se ha sido derrotado, lo cual incluye ser capaz de discernir qué parte corresponde a la situación general y a la política económica del Gobierno, qué parte a la política local o cuanta a la autonómica: que los unos no se parapeten en los otros.

El PSOE tiene que redefinir algunas estrategias, especialmente organizativas, pero nada especialmente revolucionario, sino mucho sentido común y menos chorraditas y atención a las nimiedades. Hay que seleccionar mejor los puestos con responsabilidades orgánicas y políticas y las instancias inferiores deben conocer y supervisar a las inferiores.

Al PSOE no le ha pasado nada extraordinario: un carajazo electoral y ya está. Algo normal en una democracia y de lo que hay que aprender para que el adversario sea el que se lleve el próximo tortazo. Los trucos son siempre los mismos: análisis riguroso, decisión, trabajo y constancia. Recurrir a momentos supuestamente taumatúrgicos, como un Congreso Federal o unas elecciones primarias, es desconocer que no conviene jugar con fuego y que 2000 no es 2011, cuando todavía ejerces el poder.

Puede haber muchos responsables orgánicos y políticos del PSOE que estén interesados en un debate ideológico para que su gestión no sea examinada, para que no se les digan las cosas claras y se actúe en consecuencia. Si el problema ha sido ideológico, entonces ellos han sido víctimas pero no responsables y pueden seguir donde están esperando a recibir la ideología ‘buena, revisada y puesta al día’. No les deis excusas.

Posted originally: 2011-05-24 22:15:29