¿Son mejores unas malas primarias que nada?


¿Son mejores unas malas primarias que nada?
Tras las últimas primarias socialistas ha renacido el debate sobre si este procedimiento es bueno y si debería ser general dentro de los partidos políticos españoles, o al menos recomendable. Todo dependerá si este procedimiento haya sido o no capaz de generar candidatos ganadores o que al menos alcancen cuotas de éxito (ya que el [...]

Tras las últimas primarias socialistas ha renacido el debate sobre si este procedimiento es bueno y si debería ser general dentro de los partidos políticos españoles, o al menos recomendable. Todo dependerá si este procedimiento haya sido o no capaz de generar candidatos ganadores o que al menos alcancen cuotas de éxito (ya que el éxito electoral es sumamente relativo). En definitiva, si los candidatos seleccionados por medio del procedimiento de primarias tienen éxitos electorales, las primarias pueden comenzar a ser vistas con una posibilidad más.

A priori no hay un sistema perfecto para que una formación política elija a un candidato. Cada cual tiene sus ventajas y sus defectos y por eso yo quiero fijarme hoy en los problemas (hoy está de lo más optimista) que los tipos de elección que se practican en España, la elección orgánica y las elecciones primarias. No me voy a referir a los sistemas idealmente, sino a los sistemas como se dan en España.

1. Elección orgánica

Es el sistema más generalizado dentro de España. Consiste en que el candidato o la candidata es normalmente la persona que encabeza la formación política en el ámbito del que se trate (más habitualmente en el ámbito regional y nacional).

De esta forma la elección del candidato se traslada a la elección del dirigente principal del partido. Hay varias teorías sobre los partidos políticos, pero podemos decir que la elección del candidato se realiza, en términos generales, por el sistema de cooptación. Un grupo de personas, influyentes por el motivo que sea, eligen entre ellos a la persona que deba dirigir la organización y comparecer como cabeza de lista en las siguientes elecciones a las que la organización concurra.

Los procedimientos reglados de elección son un modo de dar forma a cobertura a lo que es una decisión con un sufragio sumamente censitario. Una variante es cuando ya no hay un grupo de electores que cooptan, sino que la elección recae en una sola persona que controla todo lo que sucede en su ámbito territorial.

La elección orgánica, tal y como actualmente se da, tiene como principal característica que es sumamente aristocrática, ya que para la entrada en el grupo de los electores o poder ser considerado como uno de los elegibles hay que cumplir una serie de requisitos informales, aunque fuertes, y no fácilmente asequibles.

Este modo de elección no es definitivo. Los candidatos tienen que hacer una lista y en los niveles territoriales superiores la lista tiene una serie de casillas que están ‘reservadas’ precisamente por quienes le eligieron en su momento. Con tres décadas de partidos políticos legales se han ido creando determinadas inercias, tendencias y repeticiones onomásticas que encuentran muchas facilidades en el sistema aristocrático de la cooptación.

2. Elección por primarias

En las actuales circunstancias, las elecciones primarias se dan por un fallo dentro del grupo aristocrático que elige. Un fallo que hace inviable la elección por el consenso habitual que puede tener varias causas.

Provocar unas elecciones primarias, donde no son obligatorias, no es una tarea al alcance de cualquier ya que hay una serie de barreras, como los avales que para ser obtenidos se necesita de una red dentro del partido en cuestión que implica contar con el apoyo de una parte sustancial de los grupos aristocráticos para poder hacer efectiva la candidatura, así como contar con una capacidad organizativa y de recursos humanos suficientes para que la candidatura sea viable.

Una vez ganadas las elecciones primarias llega el segundo momento fundamental, en la situación actual de las cosas, que es el de confeccionar la lista con la que se va a concurrir a las elecciones en cuestión. La lista tendrá que ser aprobada por el grupo aristocrático a través de alguno de los órganos del partido que ellos previamente han elegido. El sistema de primarias está pensando para elecciones uninominales y se adaptan con las dificultades expuestas a un sistema proporcional como el nuestro.

3. ¿Las primarias son siempre mejores que la elección orgánica?

Lo que pregunto lo afirma Jordi Pérez Colomé en su blog Obama World. Tanto las elecciones primarias como la elección orgánica son formas diferentes de seleccionar a la persona que va a encabezar una lista electoral en unos comicios y, en consecuencia, deben ser evaluadas según la capacidad para ganar que generen, así como del tipo de candidato que salga de ellas (porque en una elección orgánica generalizada siempre habrá más elecciones orgánicas que pierdan que las que ganen).

No sabemos qué tipo de candidato depararía en España una generalización de las elecciones primarias en todos los partidos, o al menos en los más importantes, aunque caben especulaciones interesante precisamente en el partido que nunca las ha tenido. Pero de la forma en la que se plantean las primarias en nuestro país, el rasgo de organicidad no desaparece tan fácilmente, ya que la decisión de militar, pagar una cuota y hacer vida dentro del partido indican una mayor carga ideológica y, por tanto, un sesgo político determinado (que no tiene que ser malo electoralmente).


Filed under: Celtiberia, Ciencias Políticas, Elecciones, Imaginario político, Partidos Políticos, Política
Posted originally: 2010-10-09 17:25:33

Leer original

¿Son mejores unas malas primarias que nada?


Entrando en la página solicitada Saltar publicidad