Una cosa es dar al botón de
play para oír una canción en cualquier tipo de reproductor digital y otra, muy distinta, dar al botón de
descargar. Por lo primero, la
Asociación Americana de Compositores, Autores y Editores, (ASCAP, en sus siglas inglesas; equivalente estadounidense de la SGAE) tiene derecho a cobrar
royalties; por lo segundo también, pero no tan altos como los que se pagan por una "reproducción pública" en el sentido de las leyes de propiedad intelectual de EE UU. Así deja las cosas la última decisión del Supremo de EE UU.