Talento y soluciones sencillas


Talento y soluciones sencillas
Regresó el Depor del inicio tras unos partidos en los que fue más profundo

Falta talento y sin que acompañe siempre es más complicado proponer. Por eso el Deportivo, aunque domine la Segunda División, siempre que se ha visto por detrás en el marcador no ha podido apenas hacer cosquillas a los rivales. Ayer (cayó 2-1 en Eibar) marcó en el descuento en la tercera acción finalizada en chut tras más de noventa minutos que transcurrieron entre la especulación y la impotencia, en los que al verse en desventaja, se aplicó con acierto en la presión y la recuperación y naufragó en los metros finales, donde el apagón fue colosal, faltó movilidad en la punta y una aportación en la mediapunta que tuviera más que ver con la combinación y el último pase antes que con retener el balón y litigar con todo el que se pusiese a tiro. Regresó el Deportivo romo de inicio de campeonato tras unos partidos en los que había sido más profundo, un mal paso en un escenario complicado: nada se convierte en amable en la escueta pradera de Ipurúa; nada retrató mejor la inacción del equipo de Vázquez que su incapacidad para hacerse con la pelota y generar al menos una llegada al área en los tres minutos finales con el empate a tiro.

Al Lugo la ausencia de talento le lastra por una idea futbolística que requiere estar bien engrasado para no penalizar. Ante el Alavés (perdió 2-1 el sábado pasado) fue cuesta arriba desde bien pronto por un error en la salida de balón. Juan Carlos Mandiá cambió la actitud del equipo vitoriano, demasiado contemplativo en el estreno del técnico de A Mariña en Riazor la jornada anterior, y sus chicos apretaron cerca de su meta al Lugo, del que no cabe aguardar un cambio de libreto ni en las buenas ni ahora en las malas. Al equipo de Setién le pueden dañar como lo hizo el Deportivo en la primera parte del derbi de Riazor, aguardando atrás a la espera del error y la contra, o subiendo líneas para incomodarle en la construcción como sucedió en Mendizorroza. Cualquier solución a estos problemas pasa por el rigor en las pautas que tienen los jugadores para salvar las apreturas a las que le somete el rival. Si lo logran el premio consiste en controlar el partido, si hay algún despiste se paga, como ocurrió en el primer tanto del Alavés. El Lugo arriesga y pena demasiado por sus errores, que incluyen la defensa de las acciones a balón parado. Y necesita producir mucho en ataque para marcar porque además, ahora sí, ya empieza a necesitar el regreso de Rennella.

Tras sumar uno de los últimos doce puntos en disputa, el Lugo sigue cerca de la cabeza, pero transita a sólo cinco puntos del antepenúltimo, el Hércules, que además es su próximo visitante. Nunca desde que hace 16 años se conformó la Liga de 22 hubo tan poca distancia entre los puestos que se premian ahora con la promoción y los de descenso. Al Deportivo (y su circunstancia) le viene fenomenal el colchón de puntos conseguido porque tener el agujero cerca añadiría un plus de dramatismo que nadie precisa en el estado de nervios que envuelve todo lo que ocurre en el entorno del club, abocado a lograr un objetivo deportivo que puede decantar nada menos que su pervivencia y con la perspectiva de, mientras se defiende esa opción, lidiar en apenas un mes con dos juntas de accionistas y otra de acreedores. Resulta vital culminar con éxito todos esos procesos, pero sobre todo hacerlo, al menos en los que se sustancian lejos del césped, sin que se generen ni las dudas ni las fracturas que ya se atisban, sin “letra pequeña” como la que se deduce del modelo de cesión de acciones enviado por la propia sociedad a todos sus accionistas, en el que se ofrece la posibilidad de delegar en la persona que se desee, pero a continuación se apunta que esa persona “votará favorablemente a las propuestas presentadas por el Consejo de Administración” salvo “instrucciones” que hay que concretar unas líneas más abajo por escrito y sobre las que no se ofrecen mayores indicaciones. De esta manera, si no media esa explicación final, la delegación en alguien que no apruebe las propuestas del Consejo no se hará efectiva. Quizás lo idóneo hubiera sido, vista la excepcionalidad de la ocasión, enviar un modelo de delegación menos intrincado, en el que bastara apenas un nombre y apellidos para designar esa cesión de acciones. A veces ante situaciones complejas lo más indicado son las soluciones sencillas.

 

 

 


Posted originally: 2013-12-16 12:27:55

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