¿Tiene sentido la militancia en los partidos políticos? (I)


¿Tiene sentido la militancia en los partidos políticos? (I)
La entrada de J. Galindo que cité ayer dio mucho juego y de hablar de la política 2.0, un comentarista, Iracundo, pasó a hablar de la militancia y de la necesidad de tener militancia, incluso en esta época de tecnologías de la información y de la comunicación. Hay un amplio sector que mantiene que los [...]

La entrada de J. Galindo que cité ayer dio mucho juego y de hablar de la política 2.0, un comentarista, Iracundo, pasó a hablar de la militancia y de la necesidad de tener militancia, incluso en esta época de tecnologías de la información y de la comunicación.

Hay un amplio sector que mantiene que los militantes no son realmente necesarios en los partidos contemporáneos, que tienden a tener o tienen estructura profesionalizadas y especializadas tanto en la gestión como en la toma de decisiones.

Sin lugar a dudas los militantes no tienen el protagonismo absoluto dentro de las formaciones, por más que la doctrina oficial de cada partido así lo afirme. Que la militancia no sea el centro no quiere decir que no sea ni importante, ni fundamental.

Haciendo una interpretación muy rasera de las funciones de la militancia, podemos decir que cuando su número abunda aportan un dinero interesante para la financiación del partido en sus cuotas y además dan trabajo gratis. Evidentemente las cuotas no son la única fuente de financiación, pero un partido como el PSOE con 220.000 militantes a 72 euros al año ingreso por su infantería 15.840.000 euros, lo cual no está nada mal.

De camino, cuando llega una campaña electoral, los militantes están allí para montar escenarios, trasladar cosas, instalar megafonía, dar vuelta con la megafonía, repartir propaganda, atender a votantes, hacer el inefable puerta a puerta, rellenar cuando los medios van a un acto público, repartir banderitas, ofrecer sus vehículos para mil cosas, ser interventores o apoderados y todo lo que se os pueda ocurrir. Más en las unidades y campañas más pequeñas, que en las más grandes.

Si cualquiera de las cosas que he mencionado no existiera, habría que pagarla, ya que reunir dos centenares de miles de voluntarios para una campaña es sumamente difícil ahora en España. Además los militantes, sobre los voluntarios, tienen la ventaja de la experiencia ya que han hecho lo mismo muchas veces y nadie tiene que decirles cómo o por qué.

Si no hubiera militantes, habría que pagar al personal de campaña en todos los lugares de España y éstas serían mucho más caras de lo que lo son en la actualidad, pese a que su reducido coste depende de la no contabilización del trabajo gratuito de los miembros del partido.


Filed under: Celtiberia, Ciencias Políticas, Partidos Políticos, Política
Posted originally: 2011-04-07 09:00:19

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