Da la sensación de que es así; parece que, al salir del trance que supone padecer un cáncer, los pacientes oncológicos ven borrados de su vida todas los pormenores que el proceso de recuperación suele llevar aparejado. Da esa sensación, pero... Nada más lejos de la realidad: quienes logran superar un tumor tienen, en muchas ocasiones, serias dificultades para reengancharse al mercado laboral.

Según datos oficiales, uno de cada tres supervivientes pierde su empleo por culpa de la enfermedad. No solo eso: se estima que más de la mitad de los que finalizan su tratamiento con éxito no vuelven a recalar en su anterior puesto de trabajo. Parece una broma, pero es absolutamente real. Y pasa más a menudo de lo que creemos.

La problemática está ahí; la Asociación Española Contra el Cáncer lo sabe. Dado lo delicado de la coyuntura, este año, la entidad que agrupa y da sustento a todos los pacientes de cáncer de nuestro país ha optado por celebrar el llamado 'Día Mundial Contra el Cáncer' poniendo el foco en todos esos enfermos que, por desgracia, se ven sin oficio ni beneficio luego de recuperarse.

En Ceuta, como marca la tradición, la Junta Provincial de la AECC ha levantado un stand en mitad del paseo del Revellín para seguir dando la batalla a pie de calle. En un intento por visibilizar la causa que hoy nos ocupa, la organización que encabeza Jesús María Ferreiro ha dado lectura a un extenso y reivindicativo manifiesto que ha centrado el tiro en "la vida y la esperanza".

Ferreiro y los suyos han querido este 2024 visibilizar "las necesidades no cubiertas tanto de pacientes como de supervivientes de cáncer". Por supuesto, una de esas "necesidades no cubiertas" (puede que la mayor y más importante) tiene que ver con "la reincorporación a la hora de retomar rutinas" (o, lo que es lo mismo, "la adaptación al puesto de trabajo").

Es evidente que el cáncer y su necesario tratamiento dejan secuelas, muchas secuelas. Para la AECC, esto último no deja de ser "un aspecto crítico". Lo es en todos los ámbitos de la cotidianidad, pero lo es infinitamente más cuando hablamos de ocupación. Es por ello por lo que la Asociación cree necesario "abordar el impacto laboral que conlleva un diagnóstico para las personas enfermas y la posterior reincorporación".

La agrupación ha puesto en marcha a lo largo y ancho de toda la geografía nacional una ilusionante campaña que lleva por nombre 'Todos contra el cáncer'. Su pretensión: hacer "un llamamiento a todas las instituciones y actores sociales implicados al objeto de concienciar y movilizar a la sociedad española sobre la importancia de sumar los recursos y las capacidades de todos en torno a un gran programa de acción contra el cáncer".

En resumidas cuentas, lo que la AECC busca es "que se incrementen los recursos disponibles para proyectos de prevención, investigación, atención y divulgación, que unamos esfuerzos con el fin de aliviar o reducir el impacto que tiene el cáncer en la vida laboral de las personas diagnosticadas y sus familiares".

Las palabras están muy bien, pero Ferreiro y compañía quieren más: "No nos quedemos solo en esto; trabajemos este ámbito con los afectados mediante estrategias de asesoramiento y orientación profesional", reclamaba el propio gestor. En esta línea, las demandas de la entidad pasan, por ejemplo, por "la realización de talleres de empleo", "el ofrecimiento de información y habilidades en la búsqueda de trabajo" y "la disposición de ayudas económicas para la cobertura de necesidades básicas".

La idea fundamental de 'Todos contra el cáncer' no es otra que "ofrecer a los pacientes oncológicos una estabilidad mínima para que puedan enfocar sus esfuerzos en la reincorporación al mundo laboral". Siento ese el pretexto, resulta importante mencionar que la campaña ha sido declarada por parte del Gobierno central como 'Acontecimiento de Excepcional Interés Público'. Pero eso no es suficiente; nunca lo es: "Debemos movilizar a la sociedad; debemos multiplicar nuestros esfuerzos en la lucha contra el cáncer", concluía Ferreiro.