Comisiones Obreras está muy preocupada por la sanidad caballa. La central sindical ha presentado este 7 de junio en sociedad una suerte de informe que recopila los datos de listas de espera dimanados en nuestra ciudad entre los años 2019 y 2022. "Es una radiografía del estado en el que se encuentra nuestro sistema de salud", apuntaba Ángel Lara.

El dosier en cuestión centra el tiro en tres parcelas concretas: las listas de espera quirúrgica, las de consultas externas y la esperanza de vida. Según Pablo Caballero, la "revisión" encuentra su razón de ser en el "compromiso" de CCOO de materializar "una sanidad pública de calidad", una "con recursos adecuados".

Claro está, para saber si los datos de Ceuta son buenos o malos, es necesario compararlos. Eso es justo lo que han hecho los sindicalistas. El informe confronta las estadísticas de nuestra salada Perla del Mediterráneo con las del resto de España en hasta tres niveles comparativos: la media nacional, la media de cada comunidad autónoma y la media de Melilla, región a la que, sobre el papel, deberíamos asemejarnos en términos sanitarios.

Los datos que arroja el documento difieren bastante de las tesis catastrofistas que el Sindicato Médico lleva meses propugnando por doquier, pero tampoco se alejan en exceso de esa realidad que dibujan Enrique Roviralta y los suyos.

Empezando por el pasado curso, a lo largo de este, se registró un incremento bastante significativo en el porcentaje de pacientes cuyo nombre figuró en algún momento en alguna lista de espera de quirófano: 38,96%, ni más ni menos. La cifra resulta en un monto de 1.020 ceutíes, 286 más con respecto a 2021. Pese al aumento, el tiempo medio de espera se vio ligeramente reducido, pasando de los 125 días del año post-COVID a 'solo' 82.

Si comparamos los números con la media estatal, el resultado sorprende: los datos de Ceuta son mejores en buena parte de los ámbitos sometidos a examen (lo son, al menos, durante el período consignado por Comisiones). "¿Significa eso que las estadísticas de nuestra ciudad son buenas? No necesariamente", matizaba Caballero, que aseguraba que "la cosa tiene trampa". En palabras del experto, "muchas de las personas que están en lista de espera acaban acudiendo a la sanidad privada para, precisamente, no tener que esperar", circunstancia que, a la postre, hace que la coyuntura sea "mejor que en otras comunidades".

¿Qué hay de Melilla? Ambos enclaves dependen directamente de Madrid. Las cifras deberían ser similares, ¿no? Pues no. Los números de Ceuta son peores. La diferencia, de hecho, no es poca: el montante de melillenses incluidos en listas de espera quirúrgica en 2022 fue de 400, mucho menos de la mitad de lo contabilizado en suelo caballa. "Aparentemente, no existe una explicación demasiado lógica del porqué", confesaba Caballero, que tiene claro que "el INGESA debería sentarse a valorar la situación". "Es una disparidad muy importante; deberían analizarlo", insistía.

La tendencia es sorprendentemente similar en lo que respecta a listas de espera de consultas externas, lo que, para Ángel Lara y compañía, habla de "un sistema muy desigual en función de en qué parte de España se viva". "La equidad queda en duda", incidía el propio Lara. El apunte sobre esperanza de vida así parece confirmarlo: 78,5 años... y bajando. A pesar de contar con una de las poblaciones más jóvenes de todo el Estado, los caballas vivimos hasta seis años menos que los madrileños, que ostentan, hoy por hoy, la media más alta (84,5).

Lara y sus compañeros tienen el firme convencimiento de que "hay que hacer algo". "Si no lo hacen los políticos, tendremos que hacerlo nosotros", defendía. La "solución" del sindicalista pasa por "incrementar los recursos humanos", sobre todo, "en atención primaria". Según el sanitario, "hace falta un incremento de entre un 30 y un 50% para estar a la par del resto de regiones". "Hay que invertir; si no hay una buena primaria, todo lo demás falla", concluía, no sin antes proponer la creación de "un cuarto centro de salud" a fin de "evitar colapsos".