“A ver, ¿Cuáles eran los primeros pasos en la aproximación?”, “pregunta la monitora de Cruz Roja a dos funcionarios de Estadística que están atendiendo a un dummie naranja que hace las veces de un septuagenario que se ha desmayado en las dependencias del Ayuntamiento. “Estímulo verbal y físico”, responde el que ya se prepara para dar un masaje cardiaco. Son dos de los empleados que trabajan en centros públicos con desfibriladores participando en un curso para aprender a usarlos correctamente.

La Consejería de Sanidad, Consumo y Menores ha organizado estos cursos para el personal que trabaja en centros en los que la Ciudad ha dispuesto un desfibrilador semiautomático, una acción que ha impartido Cruz Roja desde el lunes hasta este jueves y que se encuadra en la formación continua que ha de dar la Administración sobre este tema.

Los contenidos desarrollados han versado, por un lado, sobre el soporte vital básico, es decir, la atención que necesita recibir una persona hasta que llega el servicio médico, y dentro de esto, la formación ha girado en torno a la cadena de supervivencia o pasos vitales ante un ataque o paro cardíaco y la importancia de la desfibrilación precoz y la resucitación cardiopulmonar básica.

Por otra parte, el curso ha conllevado formación específica sobre DESA, acrónimo de desfibrilador externo semiautomático. Su descripción, los protocolos de utilización, el mantenimiento y recogida de datos y la seguridad del paciente son los temas concretos vistos dentro de ese apartado.

Hasta el momento, la Consejería de Sanidad, Consumo y Menores, en su ánimo de hacer de Ceuta una ciudad cardioprotegida, ha facilitado desfibriladores externos semiautomáticos en los polideportivos Díaz-Flor y Guillermo Molina, la Estación Marítima, el Parque Marítimo del Mediterráneo, el Teatro Auditorio del Revellín, el Campus Universitario y el Palacio de la Asamblea, y próximamente contará con uno de estos equipos el edificio Ceuta Center.