Se avecinan nuevas tensiones con el sector hostelero de por medio y con una carga política en clave electoral madrileña. La Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial de Salud ha dado el visto bueno este viernes a un documento técnico que, entre otras cuestiones, establece que a partir de 150 casos acumulados en 14 días por cada 100.000 habitantes se recomienda a las autonoímas proceder a cerrar el interior de los locales de hostelería. Ceuta tiene a viernes 26 de marzo 260 casos por cada 100.000 habitantes, lo que pondría la pelota en el tejado del Gobierno de la Ciudad. Según ha podido conocer Ceutaldia.com, el Ejecutivo de Vivas ya habría transmitido estos días a la patronal hostelera un mensaje de calma, por el momento su única intención es estudiar el documento y no modificar los dos decretos que se han publicado en los últimos 7 días, lo que no haría otra cosa que echar más leña al fuego de la incomprensión por los constantes cambios en las prohibiciones.

Pero puede pasar que el galimatías normativo se retuerza aún más. Por partes, lo aprobado este viernes es un primer paso, que de momento deja la decisión a las autonomías y que no es otra cosa que una recomendación. Después el documento de carácter técnico tendrá que pasar el escrutinio del Consejo Interterritorial de Salud, donde los directores de salud pública ceden el paso a sus jefes políticos, los consejeros. Tal y como ya sucediera por ejemplo con los cierres perimetrales para Semana Santa. ¿Qué puede pasar ahí?. Pues a tenor por lo publicado ya por algunos medios nacionales la reunión del Consejo Interterritorial podría ser de alta discusión política, si se tiene en cuenta que muchos en la derecha ya han interpretado la aprobación de esta recomendación por iniciativa del Ministerio como una forma de poner un dique a las pretensiones de fiesta abierta y sin freno de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y candidata a revalidar el cargo en las elecciones del próximo 4 de mayo.

Es decir, el aleteo de la mariposa en Murcia en forma de mociones de censura puede acabar provocando un conflicto, otro más, entre la hostelería local ceutí y el Gobierno de Vivas.

El documento refrendado este viernes establece otros parámetros. Como por ejemplo, que con incidencias bajas el interior de la hostelería pueda estar al 50 por ciento del aforo. Ahora mismo, en Ceuta está al 30 por ciento. Y lleva así desde principios de año.

Igualmente establece un 75 por ciento del aforo en terrazas con incidencias bajas. En la Ciudad lleva al 50 por ciento desde inicios de año.

Y es que en el pacto que cerraron los empresarios de hostelería y el Gobierno de la Ciudad se establecía endurecer las medidas a partir de 250 casos por cada 100.000 habitantes y no 150.

Pero para mayor lío, el documento aprobado este viernes no se centra sólo en los 150 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días. Habla también del resto de parámetros. Si usted ve en los titulares ese 150 es porque es el parámetro que se ha decidido endurecer dentro del denominado semáforo. Ha de tenerse en cuenta también la presión hospitalaria y la positividad de los test. E incluso, la tendencia, llegando a recomendar adoptar medidas antes incluso de que se alcen esas cotas si la tendencia es negativa y apunta hacia un incremento abultado en poco tiempo. Ahora mismo la tendencia en Ceuta apunta una cierta estabilización con más días restando incidencia en la última semana, que sumándola.

Este viernes hay 666 personas en aislamiento preventivo por haber tenido contacto con algún caso positivo. De esas 230, más de un tercio pertenecen al ámbito escolar de primaria y secundaria. Y de los 42 brotes activos identificados 24 son familiares. A la vista de esos datos tampoco parece muy claro que la hostelería esté siendo un factor clave en la expansión del virus al menos en la ciudad y al menos conforme a los datos disponibles.

Aún así, nada de esto parece que vaya a ser determinante ahora, de momento el Gobierno, al igual que el resto de autonomías, estudiará la recomendación, pero para cuando haya que tomar una decisión, si es que se llega a tomar, la situación puede ser otra totalmente distinta. Puede ser de mayor gravedad y no dar pie ni a una discusión muy acalorada o puede hacer innecesario el mismo por haber rebajado la incidencia por debajo de los umbrales de riesgo extremo. Todo, como siempre, depende de que la ciudadanía cumpla las recomendaciones y de que, dado el reducido tamaño de la ciudad, no se dé un brote en algún centro, como el ocurrido con los Menores, un sólo brote es suficiente para echar por tierra cualquier mejoría y colocar a la Ciudad en una situación delicada y a la hostelería a los pies de los caballos.