COVID-19

La clave que explica la ‘remontada’ de Ceuta en la segunda ola de la pandemia

La clave que explica la ‘remontada’ de Ceuta en la segunda ola de la pandemia
Una enfermera, practicando un test de antígenos a un paciente
Test de antígenos toma de muestras Punto COVID

Hace exactamente un mes, el 10 de noviembre, Ceuta alcanzaba el cénit de la pandemia. Todos los indicadores de la situación epidemiológica en Ceuta apuntaban a un escenario terrorífico, con los contagios de Covid-19 disparados y más de un millar de casos por cada 100.000 habitantes. La incidencia acumulada de casos triplicaba el umbral de riesgo extremo, se empezaba a temer por el colapso de la UCI del Hospital Universitario y una de cada tres pruebas diagnósticas arrojaba un resultado positivo. Hoy la situación es muy diferente. Ceuta presenta la incidencia más baja del país, solo por detrás de Canarias, los pacientes recuperados se cuentan por decenas y seguimos en franca mejoría. La positividad es ahora la sexta parte que a principios de noviembre y todo apunta a que los datos serán aún mejores la próxima semana. Si no hay un rebrote colectivo, claro. 

¿Qué hemos hecho bien? ¿Cuál o cuáles son las claves para esta ‘remontada’? Julián Domínguez, Jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Medicina del Trabajo del Hospital Universitario, lo tiene claro. “Hay una clave que diferencia a Ceuta del resto de España, con la excepción de Madrid: los test de antígenos”, explica Domínguez, desgranando los datos que corroboran su afirmación. “Somos la comunidad que mayor proporción tiene de uso del test de antígeno respecto a la PCR superando incluso a Madrid en el conjunto nacional (informe nº 55 ISCIII 3/12). Y la segunda mejor cifra nacional en uso de otras pruebas serológicas (no tests rápidos): 80,36 por mil habitantes, cuando la media nacional es de 46,66 por mil habitantes”. 

El punto de inflexión tiene fecha: 21 de octubre. Ese día, explica Domínguez a Ceuta al Día, se decide el cambio de estrategia y se apuesta de forma decidida por los test de antígenos, más rápidos, más ágiles y que permiten ganar tiempo frente al coronavirus adelantando el diagnóstico y, por tanto el aislamiento del paciente, atajando el avance de la pandemia. Los plazos entre consulta, diagnóstico y aislamiento se estrechan hasta desaparecer. Hoy, en Ceuta el tiempo entre diagnóstico y aislamiento es de cero días, la media nacional está en un día.

Entre el 18 y el 25 de octubre se realizaron los primeros 50 test de antígenos. El 29 de octubre, Ingesa recibe 15.000 test y poco después, ya en los primeros días de noviembre, se empieza a “atacar” la pandemia con test en los centros de salud. El 6 de noviembre, la Ciudad anuncia que empezará a realizar test a los contactos asintomáticos, lo que se hará realidad diez días después, el 16 de noviembre con el Punto Covid, en el que desde entonces se han llevado cabo cerca de 2.000 de estas pruebas. 

Desde entonces, la incidencia acumulada se ha desplomado y el número de casos ha caído más de un 80 por ciento. Ceuta presenta ahora una incidencia acumulada de 141,41 casos y los casos activos son solo 75. La tranquilidad está cada vez más cerca, justo a tiempo para la Navidad. La senda a seguir está más que clara, a juicio de Domínguez: “Con la estrategia diagnóstica priorizando el test rápido de antígeno la capacidad diagnóstica está en riesgo bajo, aunque ha empeorado ya que llegó a situarse en más de 1500 por cien mil,  en nivel de “nueva normalidad”.  Debemos seguir aumentando el número de pruebas diagnósticas de forma dirigida a contactos y sospechosos o colectivos con vulnerabilidad o riesgo más alto”.

La clave que explica la ‘remontada’ de Ceuta en la segunda ola de la pandemia


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