La COVID-19 se cobra su vigésimoquinta vida en Ceuta. Las autoridades sanitarias han confirmado en la tarde de este jueves el fallecimiento de una paciente que estaba hospitalizada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario de  Ceuta (HUCE). Desde Ingesa, habitualmente reacia a dar más datos de los estrictamente necesarios, no ha precisado la edad de la fallecida.

Es la cuarta víctima mortal en apenas 24 horas, tras los tres decesos registrados el viernes, otro día negro en esta pandemia. La última semana ha supuesto un goteo escalofriante con 12 muertos en los últimos siete días, la mitad del total acumulado durante toda la pandemia: 25.

Los expertos, entre ellos el responsable de Epidemiología del HUCE, Julián Domínguez, auguraban un septiembre complicado. Y lo fue. La pesadilla ha llegado en octubre, coincidiendo con la declaración del  Estado de Alarma y la aplastante evidencia de que la segunda ola no no solo no era más suave que la primera sino que en realidad se trataba de un tsunami y lo teníamos encima. Sólo en las dos últimas semanas, Ceuta ha registrado el 35 por ciento del total de casos positivos detectados durante la pandemia, que superan ya con creces los 1.600. Si sumamos los cerca de mil casos nuevos detectados en este mes de octubre representan dos tercios del total. Mil nuevos contagios y 20 muertos: cuatro veces más que lo vivido en Ceuta en los meses de confinamiento.

La ciudad Autónoma de Ceuta, con una incidencia acumulada en los últimos 14 días de más de 700 casos, casi tres ceses el umbral de riesgo extremo y las UCI casi ya al 50 por ciento de su capacidad, pese a haber sido ampliada,  es, junto a la Comunidad de Madrid, la región con las restricciones propias más laxas. La geografía y la decisión de la Junta de Andalucía de cerrar su territorio hasta el 9 de noviembre han provocado el cierre perimetral de Ceuta durante ese tiempo aunque el Gobierno lo decretara solo hasta el martes 2 de noviembre.