La niña, de once años, sufrió el primer ataque el martes, según ha explicado la madre en declaraciones a RNE. Acudieron al hospital civil del Ingesa, y en Urgencias ya se produjo la primera negativa del neurólogo a acudir, porque tenía exceso de trabajo. Tras una segunda crisis, la joven fue ingresada en planta, donde se repitieron los ataques hasta contabilizar cinco durante la jornada, y sin lograr en ningún momento ser vista por el neurólogo pese a las peticiones de la madre.

Con la atención hasta el momento del pediatra, el miércoles se realizan una serie de pruebas. La madre pide los resultados para remitirlos a su neurólogo en Madrid, ante lo que se encuentra con la negativa del hospital. Una petición que reitera ya el jueves ante el gerente del centro, que le explica que el problema es en todo caso del hospital, por lo que le pide los datos de su neurólogo en la península para enviarle los informes. El gerente pide a la madre un plazo de una hora para darle una respuesta, pero esta no llega hasta la mañana del viernes, en la que se la informa que la niña va a ser evacuada porque en Ceuta no la pueden atender.

Solución que llega tarde según la madre, ya que desde el martes en que se produjo la crisis, ningún especialista ha comprado si se ha producido algún tipo de daño cerebral en la pequeña. Ni el neurólogo de Ceuta ha visto los datos, alegando una falta de preparación en tratamiento a niños, ni se han enviado a otro centro de fuera de la ciudad.

El sentimiento de la familia es de indignación. La madre se pregunta por los motivos por los que su hija ha permanecido cuatro días a la espera, que sospecha se deben a problemas internos del hospital, que en ningún caso cree que deban afectar a un paciente, y mucho menos a una niña de once años.