LECCIONES DE LA COVID-19

El espíritu navideño que alumbró un repunte de contagios del coronavirus

El espíritu navideño que alumbró un repunte de contagios del coronavirus
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Bola de Navidad instalada en la Plaza de los Reyes

Tras más de una semana con solo un puñado de nuevos positivos, la ciudad autónoma ha registrado un notable repunte con una veintena de nuevos contagios en estos dos últimos días. Un paso atrás en la mejoría experimentada del que se pueden sacar conclusiones muy útiles para los días festivos que se avecinan. 


Si algo hemos aprendido, aunque sea a golpes, en estos nueve meses y medio de pandemia, es que los datos de hoy no son sino la fotografía de lo que sucedió dos semanas atrás. Busque un calendario, cuente 14 hacia atrás y comprenderá. Justo hace dos semanas, el 27 de octubre, se daba el pistoletazo de salida de la Navidad con el encendido del alumbrado ornamental. Al caer la noche, como polillas hipnotizadas por las luces, los ceutíes —como en medio mundo— salimos a la calle, henchidos de espíritu navideño, con la tarjeta de crédito echando humo.  

Aquel viernes, las calles presentaban un aspecto que ya casi habíamos olvidado. El gentío llenaba las arterias comerciales, animadas por las ofertas del ‘Black Friday’ y la ciudad se convertía en un ir y venir Paseo del Revellín arriba, calle Real abajo. Animados por la cercanía de las fiestas y el reclamo de los descuentos y la obligación de los regalos navideños, los ceutíes —como toda España— se echaron a la calle, entrando y saliendo de las tiendas y disfrutando de la Navidad recién nacida, con los rostros iluminados por más de un millón de puntos de luz y los villancicos caldeando el ambiente.

Catorce días después, tras sumar apenas una treintena de casos en diez días—registrando dos días sin nuevos contagios, algo que no sucedía desde agosto—la ciudad ha visto como repentinamente sumaba una veintena en solo 48 horas, encendiendo las alarmas al detectarse al menos 7 brotes. Un repunte que no es, ni mucho menos, exclusivo de Ceuta. Basta cruzar el Estrecho para corroborarlo. En Andalucia, en las últimas 24 horas se han detectado 1.162 nuevos positivos, el doble que el día anterior. Durante el ‘Black Friday’, capitales como Sevilla o Málaga vieron también cómo sus calles se convertían en riadas de gente tras meses de sequía. 

Y es que, al igual que el aumento en el número de pruebas diagnósticas con la irrupción de los test de antígenos ha permitido reforzar el control de la pandemia, desbocada hasta entonces en Ceuta, la puesta en marcha o la relajación en las medidas para la reducción de la movilidad y las aglomeraciones, influyen y mucho en el avance o retroceso de la pandemia. Un impacto que Ceuta ha sufrido especialmente en esta segunda oleada tras la entrada en el periodo de ‘nueva normalidad’, con el aumento de la movilidad y la interacción social asociada a los meses de verano y que se hizo notar también en días festivos como el puente de la Hispanidad. 

Seguramente alguna vez haya dicho eso de “su fuera por mí, en Nochebuena me hacía una tortilla francesa y me iba a la cama a las once”. Pues este es el año.

Algo que empezó a cambiar el 26 de octubre, con el nuevo decreto de Estado de Alarma que volvía a restringir la movilidad y establecía el confinamiento nocturno, haciéndose efectivo en Ceuta en vísperas del puente de Todos los Santos. Hubo que esperar hasta el 10 de noviembre para ver los primeros efectos. Aquel día, la ciudad autónoma alcanzaba su cifra récord de casos activos y superaba el millar de casos por 100.000 habitantes. Desde entonces la ciudad autónoma, con el refuerzo de las pruebas diagnósticas y el cambio de estrategia apostando por los test de antígenos, ha doblegado la curva, que ahora traza una línea claramente descendente. Una tendencia positiva que se ha visto truncada —falta ver si solo puntualmente— por este repentino repunte.

Pero, como seguramente hayan oído hasta la saciedad en esta pandemia, toda crisis, por pequeña que sea y esta lo es, conlleva una oportunidad. En este caso la oportunidad se traduce en una lección más sobre el comportamiento de este coronavirus que nos ha puesto 2020 patas arriba. Este viernes, el portavoz del Gobierno, Alberto Gaitán, descartaba una relajación de las medidas de restricción de la movilidad y horarios comerciales y hosteleros, al menos de momento, e insistía en que la clave seguía estando en el cumplimiento “a rajatabla” de las medidas, incluidas las del uso de la mascarilla y la higiene de manos. 

Una receta a priori sencilla, pero también especialmente dolorosa en estas fechas. Pero nos va la vida en ello, no lo olviden. Cuanto menos nos movamos y menos sean nuestras interacciones sociales, cuanto más tiempo pasemos en casa y mas escrupulosos seamos con el cumplimiento de las medidas de protección como el uso de mascarilla, más fácil será escapar del coronavirus. Y, con la vacuna a la vista, quedan solo unos pocos meses más para empezar a olvidarnos de todo esto. 

Como Seguramente alguna vez haya dicho eso de “su fuera por mí, en Nochebuena me hacía una tortilla francesa y me iba a la cama a las once”. Pues este es el año.

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