El área de Medicina Preventiva del Ingesa ha emitido una nota este viernes, 24 de diciembre, que apunta cambios importante en la estrategia de lucha contra la covid. Cambios a futuro y datos para explicar la explosividad de esta onda pandémica que ha dibujado una pared vertical de casos e incidencia en apenas 2 semanas igual a la de las peores olas en la ciudad. La noticia, como casi todo con la covid, no es ni buena ni mala y dependerá de las decisiones que propicien la información aportada por el equipo de Julián Domínguez que el destino sea más o menos favorable. Vamos a intentar explicarlo con calma porque es complejo, pero le adelantamos ya tres cosas importantes:

Si usted ha completado su inmunización y presenta síntomas compatibles con la enfermedad ha de saber que tiene que aislarse aunque dé negativo en un primer test. Exactamente igual que haría con cualquier otra enfermedad contagiosa.

La segunda cosa importante es que la recomendación que ha emitido este viernes preventiva es pionera en todo el país y que seguramente marque el rumbo de la estrategia nacional en los próximos días o semanas.

La tercera es la que le hemos adelantado ya, si cada uno de nosotros gestionamos bien esta nueva coyuntura y aplicamos responsabilidad y sentido común, Domínguez vaticina que en poco tiempo, la covid acabará declarándose enfermedad común. Lo que significa de facto que diremos adiós a la pesadilla de la pandemia aunque algunas de sus cosas, como la mascarilla o el hábito de tomarse más en serio unas décimas de fiebre y quedarse en casa, probablemente sigan con nosotros para siempre.

¿Qué es lo que ha pasado? Preventiva ha observado una “reiterada aparición de casos sintomáticos en personas vacunadas” que arrojan un test negativo y “posteriormente se positivizan, incluso al final de su aislamiento”. Ante eso, Domínguez y también el laboratorio de análisis del Hospital han repasado los casos y las recientes publicaciones científicas. La conclusión es que con la variante dominante ahora mismo, la ómicron, el periodo de incubación es más corto y dónde antes se estaban contando 10 y 14 días el periodo se reduce a 3 días. Esto lo cambia todo.

Lo primero de todo, este periodo de incubación explica porque nada más superar el puente de la Constitución, en apenas unos días, la incidencia se disparó en la ciudad con nuevos positivos en un sólo día de récord en dos jornadas casi consecutivas.

Lo segundo obliga a Preventiva a lanzar una recomendación de forma oficial que de momento ningún otro servicio similar ni consejería de Sanidad ha puesto sobre la mesa en todo el país. Los primeros síntomas en inmunizados del virus estarían dando negativo en los test porque serían tan sólo la respuesta del propio cuerpo inmunizado a la enfermedad, para dar positivo con posterioridad.

Esto implica que para seguir luchando de forma adecuada contra el virus hay que cambiar cosas y trazar una nueva estrategia. La misma pasa porque en el caso de los vacunados si tienen síntomas deberán seguir aislándose a pesar de dar un negativo en un primer test. “Como con cualquier otra enfermedad contagiosa. Es volver atrás, como cuándo no teníamos ni pruebas”, explica Domínguez.

Los test de antígenos siguen siendo casi infalibles durante los primeros 5 días para personas no vacunadas, pero en el caso de los vacunados deben repetirse la prueba 4 días después de lo que se estaba recomendando hasta ahora, entre el quinto y el noveno día después de detectar el primer síntoma. Siempre antes del noveno, en cualquier caso.

“Una persona tiene síntomas, se hace un test y da negativo y ahora le decimos, venga perfecto, tira. ¿Qué pasa? Que probablemente si está vacunada y es ómicron puede ser positivo y lo que presenta su cuerpo es la reacción de la inmunización que hace que la enfermedad sea leve y dé negativo, pero hasta ahora creíamos que era que estaba terminando el ciclo de la enfermedad, estaba superándola, y lo que nos hemos dado cuenta es que en realidad está empezando y es el sistema inmune el que actúa. Acaba en muchos casos dando positivo a los pocos días cuando se le repite la prueba. Y en ese tiempo ha estado por ahí tranquilo y ha podido transmitir el virus”, ha explicado Domínguez.

El cambio es evidente, por tanto, lo mejor aislarse voluntariamente en caso de tener síntomas y esperar a que pasen al menos 5 días para hacerse un test, en el caso de los vacunados, con el fin de evitar que se propague la enfermedad.

“Es preciso recordar que mientras se tengan síntomas debe realizarse aislamiento ya que se sigue siendo caso sospechoso de alta sospecha clínico-epidemiológica de covid-19, dado el escenario de esta sexta onda epidémica. Hasta ser descartado por las pruebas negativas” posteriores, recuerda Domínguez en su nota.

Para los contactos se recomienda autovigilancia y aislamiento. Si bien con la nueva variante se acorta todo, no sólo el periodo de incubación, también el de los aislamientos o cuarentenas que, por ejemplo, en el Reino Unido ya han rebajado a 7 días de forma oficial y se está comprobando como por ejemplo en los deportistas de alto nivel en Estados Unidos se llegan a recuperar incluso en menos tiempo.

Para los no vacunados y las personas con inmunodeficiencias lo único que cambia es que se recomienda hacer la prueba lo antes posible desde la aparición del primer síntoma (24 horas), dado el acortamiento del periodo de incubación. Y su cuarentena sí seguirá siendo de 10 días.

De todos modos, Domínguez cree que las consecuencias de la enfermedad en los vacunados están siendo leves, más o menos como un catarro, y que por tanto, en el momento que la vacunación supere el 90 por ciento de población, salvo irresponsabilidad colectiva y una curva de contagios que crezca, estaremos en el punto de encarar la enfermedad como cualquier otra contagiosa, por ejemplo, una gripe.

Lo observado por Preventiva en el Hospital de Ceuta va en la línea de por ejemplo el epidemiólogo estadounidense Michael Mina y de otros reputados expertos nacionales que hace algunos días que ya vienen advirtiendo que el cambio en el comportamiento de la nueva cepa dominante conlleva forzosamente cambios a la hora de encarar la estrategia contra el virus por ese acortamiento del periodo de incubación.

Con todo, los síntomas en los muchos contagiados no están revistiendo gravedad y eso abre una oportunidad para que haciendo las cosas correctas la enfermedad pase de pandemia a común en poco tiempo. Hay que aplicarse en la prevención y aislarse en caso de tener síntomas, porque a diferencia de lo que sucedía por ejemplo en verano, ahora mismo un test negativo ya no es garantía de que no se va a contagiar en unos días, quizás ese mismo día no, pero el virus puede estar ahí atemperado por el sistema inmunitario gracias a la vacunación y dar guerra y expandirse a otros cuerpos en las jornadas siguientes.