Como si fueran pocos los motivos de preocupación, el grupo de casi un centenar de ciudadanos marroquíes que, en tránsito, se han quedado en Ceuta tras cruzar el Estrecho durante la madrugada del viernes pese a que la frontera del Tarajal ya estaba cerrada, se ha convertido en un nuevo motivo de inquietud para las autoridades locales como aglomeración susceptible de favorecer la propagación del coronavirus.

La Delegación del Gobierno y el Ejecutivo local han ofrecido al grupo sufragar el coste económico de su traslado en autobús hasta el Puerto y el de sus pasajes marítimos para volver a Algeciras, pero apenas un 10% de los involucrados a aceptado esa solución, que ha quedado abortada.

Mientras, sus asentamientos junto a la frontera y en la explanada de Juan XXIII se ha convertido en un punto de afluencia de personas que les ofrecen, con carácter solidario, comida y bebida, así como mantas en horario nocturno.

Según la institución de la Plaza de los Reyes, la Guardia Civil ya les ha conminado en varias ocasiones a abandonar la ciudad autónoma dando por hecho que Marruecos no flexibilizará para ellos el cierre del Tarajal, por el que únicamente están pudiendo transitar en sentido salida los turistas españoles que se encontraban en el país vecino.