El sector sanitario sigue en pie de guerra. Especialistas y médicos del ejercicio mixto han aunado fuerzas este miércoles primaveral para seguir presionando a su némesis -el INGESA- en lo que, para muchos, ya se ha convertido en un conflicto totalmente carente de sentido.

Alrededor de una veintena de profesionales han hecho piña a las puertas del Hospital Universitario -con Enrique Roviralta a la cabeza- para volver a poner el grito en el cielo a cuenta de la "delicada situación" que atraviesa nuestro denostado sistema de salud, cuya gestión directa recae sobre Madrid (tal y como el Sindicato Médico se encarga de recordar siempre que tiene ocasión).

Roviralta ha revelado que, hasta la fecha, "la interlocución con el Ministerio de Sanidad ha sido inexistente". El presidente del SMC se ha confesado "sorprendido" (una vez más) a propósito de la supuesta inacción de Belén Hernando, de quien espera "una llamada telefónica" como agua de mayo.

Según el también presidente del Ilustre Colegio Oficial de Médicos, la huelga, que va camino de alargarse más que las obras de la Sagrada Familia, obedece a la necesidad de poner punto y final al "maltrato al que está siendo sometida nuestra sanidad pública", todo ello, claro está, mientras los pacientes se encargan de pagar el pato de las discordias.

Los médicos caballas tienen claro que "la sanidad de Ceuta agoniza". Roviralta está convencido de que, "si no hacemos algo, acabaremos firmando su certificado de defunción muy pronto". Dentro de esa vorágine catastrofista, el representante sindical ha alertado de que "hay servicios como el de traumatología que pueden quedar totalmente inoperativos". "Cada vez, estamos más cerca de un punto de no retorno", avisaba.

La circunstancia es de contraste absoluto: mientras el ente público ya se ha sentado a dialogar con el colectivo de atención primaria -en huelga desde ayer-, los médicos 'público-privados' continúan, tras "más de un mes" de parones varios, siendo objeto de lo que ellos mismos tachan de una "dejación de funciones" por parte de Moncloa.

Llegados a este punto, Roviralta, totalmente superado por la duración de su propia huelga, ve en la población ceutí una gran baza para meter presión al INGESA y dar carpetazo al conflicto. El máximo representante de los médicos de nuestra ciudad ha instado a la ciudadanía a salir a la calle para "reclamar su derecho a una sanidad pública de calidad".

El secretario general del SMC, Abdelghani El-Amrani, ha amenazado a Madrid con "medidas tremendas" de no alcanzar un acuerdo "en un tiempo prudencial". "¿Como cuáles?", preguntaba una periodista. "Como que el 061 deje de atender a los centros privados que dispongan de médicos, enfermeras y ambulancias" (véase el caso del centro penitenciario o el CETI), replicaba El-Amrani. Habrá que seguir esperando acontecimientos para ver si la advertencia surte efecto o si, por el contrario, el conflicto sigue dilatándose en el tiempo.