Sanidad y Asuntos Sociales trabajan juntas para prevenir el consumo de tabaco desde edades tempranas


Sanidad y Asuntos Sociales trabajan juntas para prevenir el consumo de tabaco desde edades tempranas

- Ambas consejerías desarrollan actividades desde la Unidad de Trabajo Social de Benzú con un carácter continuista

- La última acción ha sido un taller con niños de 3 a 9 años, la edad a la que conviene empezar a trabajar en la materia para conseguir que, cuando sean adolescentes, no crean que fumar es algo normal

La Consejería de Sanidad y Consumo, mediante el Plan Integral de Tabaquismo y en colaboración con la Consejería de Asuntos Sociales, ha celebrado esta semana el taller ‘Fumar perjudica nuestra salud’ en la Unidad de Trabajo Social de Benzú, una actividad de concienciación sobre los efectos del consumo de tabaco y de la exposición al humo dirigida a niños de entre 6 y 9 años.

El taller se enmarca en el programa de actividades de esa Unidad, en concreto, en su proyecto de animación a la lectura comprensiva en edades tempranas, y extiende la labor preventiva de Sanidad a los más pequeños de Benzú después de haber intervenido en ese mismo sentido con adultos del mismo barrio, con quienes se ha trabajado el papel primordial de la familia en la enseñanza de modelos saludables a los hijos.

Desde el Plan Integral de Tabaquismo explican que hay que trabajar la prevención e intentar fomentar una actitud contraria al consumo de tabaco a edades tempranas y, en esa línea, abundan en que la etapa que comprende desde los nueve años hasta la adolescencia es crucial porque los niños comienzan a desarrollar su actitud con respecto al tabaco.

La complejidad sobre cómo abordar el tabaquismo a esas edades radica en que los menores lo conocen y lo viven en su cotidianidad. Lo que se persigue es, precisamente, que no lo vean como algo normal. Esa sensibilización se procura mediante contenidos sencillos y técnicas de participación que mantengan a los pequeños atentos.

Un taller con tres partes

El taller tiene tres partes. La primera consiste en leer el cuento ‘Dora y Donald dos amigos muy amigos’, que luego se escenifica para ayudar a fijar las ideas sobre las que se quiere trabajar. En segundo lugar, se desarrolla el taller de manualidades ‘El cerdito que todo lo ve, el cerdito que todo lo cuenta’, con el que se crea un personaje llamado a ser un símbolo indicativo para los niños cuando se vean sometidos, en una situación de indefensión, a respirar humo de tabaco.

La tercera parte consiste en recapitular contenidos jugando a ‘La buena sopa’, una sopa de letras con la que se resaltarán los conceptos más significativos que se quiere que los niños lleven a sus casas, a las que llegarán, en el marco del mismo taller, folletos y otros materiales de apoyo.

Sanidad y Asuntos Sociales trabajan juntas para prevenir el consumo de tabaco desde edades tempranas


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