Los trabajadores del turno de mañana de la Biblioteca Pública Adolfo Suárez se han plantado este martes a primera hora de la mañana ante las puertas del equipamiento, que se han negado a abrir hasta no ser sometidos a un cribado, tras enterarse ayer "por la tele" de que el director de la misma había dado positivo por la COVID-19. Antonio Ramírez, delegado de FeSP-UGT en la Ciudad, ha tildado de "nefasta" la gestión del caso y ha exigido explicaciones y que se someta a pruebas tanto a los empleados como a los usuarios que pudieran haberse contagiado el miércoles de la semana pasada o este lunes.

El Gobierno ha explicado que el contagio del positivo confirmado "se ha producido en el periodo vacacional del trabajador y dentro de su ámbito familiar", aunque ha asegurado que "como medida de precaución, la Consejería de Sanidad va a efectuar un cribado al personal de tarde que es el que, de forma habitual, comparte turno con el trabajador positivo".

"Desde el inicio de la pandemia de la COVID-19, el Servicio de Biblioteca estableció turnos separados, por lo que se da la circunstancia que los trabajadores de mańana no han tenido contacto con el positivo detectado", ha remarcado el Ejecutivo.

No es suficiente, a juicio de los movilizados y Ramírez, que en su nombre ha subrayado la "confusión" de los trabajadores, "que se enteraron a través de un familiar que estaba viendo la tele de que un trabajador de la Biblioteca, su director, como él mismo ha dicho, había dado positivo". "Al turno de tarde este lunes le dijeron que viniera a trabajar, que no había ningún problema a pesar de que el contagiado llevaba confinado desde el miércoles, y que este martes se le harían pruebas a dos o tres", ha detallado.

"La Biblioteca es un búnker sin ventilación y a esos trabajadores se les pidió que fuesen a hacerse el test en coche particular, no en transporte público, pero al mismo tiempo que podían venir a trabajar sin problema", ha comparado el sindicalista, que ha tachado de "negligente" la gestión de la situación realizada por la Administración.

Los trabajadores han cifrado en "unos 60" el número de usuarios con cita previa que se verán afectados por el cierre provisional de la Biblioteca, "una ratonera", según ha insistido Ramírez a pesar de que sus responsables aseguran que su aire se renueva cada pocos minutos. "Hay que hacer lo mismo que con el Carrefour, buscar a los posibles contactos, pero es que aquí no sabemos nada, sólo se ha avisado a dos o tres empleados que habían entrado en el despacho del director", ha resumido.