En la medianoche de este viernes se cumplirá una semana desde que asesinaron al joven de 15 años Ibrahim cuando iba en moto por el Puente del Quemadero. Desde entonces su asesinato ha provocado un estallido de violencia en las calles del propio barrio del Príncipe, pero también en Hadú y en Los Rosales. El último y más llamativo el de la pasada madrugada, cuando durante toda la noche pandillas de encapuchados se dedicaron a atemorizar a los vecinos paseándose con armas de fuego que dispararon al aire o contra coches y casas. 

La Policía Nacional continúa trabajando bajo tutela judicial en el esclarecimiento del asesinato, esperando el resultado definitivo de pruebas de carácter técnico para concluir su investigación, esclarecer lo sucedido y proceder a actuar contra los responsables. Mientras esa investigación progresa, a los agentes les han dado más trabajo de la cuenta. Y el pasado martes se incorporaron a la ciudad, 50 agentes de la UIP procedentes de Andalucía. A ese refuerzo se habrían sumado también efectivos del Grupo Operativo de Apoyo del Cuerpo.

Las patrullas que vigilan la seguridad ciudadana en esos barrios se han venido reforzando durante toda la semana, y se espera aún un mayor refuerzo de cara a las próximas noches del fin de semana.

Hasta la fecha en estos 10 días se han producido más de una decena de detenciones relacionadas con esa violencia callejera que ha quemado contenedores, coches, provocado peleas con armas blancas y por último roto el silencio de la noche con disparos al aire. 

Toda esa violencia se está relacionando con el asesinato del joven. La Policía ha incautado multitud de armas en estos días.

Y mientras todo eso sucedía el debate público se ha visto salpicado de esa irrupción. Los vecinos han vivido escenas de pánico, y se quejan de falta de seguridad. La Policía insiste en pedir calma y paciencia convencida de que en no demasiado tiempo acabará por controlar la situación y detener a los responsables, tanto del asesinato como de estos conatos de violencia. 

Tienen ciertas certezas que no quieren hacer públicas por prudencia y que apuntan a que el relato de todo lo que está sucediendo se está exagerando en determinados aspectos. 

El debate político también se ha visto afectado por lo sucedido, con VOX cargando de forma durísima contra Delegación y Ciudad y señalando directamente con el dedo a sus máximos responsables, Salvadora Mateos y Juan Vivas como responsables de la violencia desencadenada. 

La Policía ha soportado toda esa presión mediática, política y social sin inmutarse hasta la fecha, apostando por seguir haciendo su trabajo en silencio a pesar de las críticas que finalmente señalen a responsables políticos o no, acaban poniendo en duda de un modo u otro su trabajo. Quizás por eso, esta semana más que nunca, la Jefatura ha optado por hacer públicas casi cada detención e incautación de armas con cierta celeridad que se sale de la norma. Forzada ya no sólo a trabajar, lo que hacen siempre con mayor o menor éxito, sino en transmitirlo para que se aprecie.

El propio presidente de la Asociación de Vecinos de Príncipe Alfonso ha salido ya a la palestra pública de motu propio dos veces desde el pasado viernes, la primera vez para cargar las tintas, la segunda para pedir a sus convecinos respeto máximo para el trabajo de la Policía que fue recibida a pedradas el miércoles por la noche en el barrio.