La Delegación del Gobierno ha cifrado este lunes en 7.800 el número de ciudadanos marroquíes que ya han regresado a su país expulsados o retornados voluntariamente tras la crisis migratoria que desató el Reino alauita la madrugada del lunes al consentir que al menos 8.000 de sus nacionales, la mayoría jóvenes varones pero también niños, mujeres y hombres adultos, se lanzasen en avalancha sobre los espigones fronterizos sin hacer nada para evitarlo.

En los momentos de mayor presión las autoridades calculan que llegaron a acceder irregularmente a territorio español hasta 90 personas por minuto.

Este domingo abandonaron territorio español otras 294 personas, según las estimaciones oficiales.

Las Fuerzas de Seguridad comenzaron el jueves, una vez extinguidos los intentos de entrada, a recoger indocumentados en las calles con batidas cada vez más intensas y frecuentes con el objetivo de expulsar a los adultos, a quienes Rabat se ha comprometido a admitir en grupos de hasta medio centenar de personas para los que abre la frontera cada dos horas, y de gestionar la atención a los menores.