La Ciudad dotará de alarma al Centro Ecuestre por temor a más robos y actos vandálicos
Aún tienen el susto en el cuerpo en el Centro Ecuestre Ciudad de Ceuta. No tanto por la gravedad de lo ocurrido como por lo siniestro de los hechos, con la agresión a una de las yeguas y la cotidiana sensación de indefensión en unas instalaciones públicas y abiertas.
Para la Policía puede ser solo un acto de vandalismo, un pequeño robo si acaso, pero lo que es seguro es que el componente de “agresión sexual” a una yegua le viene grande.
Desde la Federación Hípica de Ceuta reclaman medidas de seguridad, como una alarma conectada a la Policía, vigilantes y cámaras de vigilancia para, al menos, coartar a los posibles asaltantes. De momento, deberán conformarse con solo parte de esas medidas de seguridad que reclaman. Fuentes del Instituto Ceutí de Deportes (ICD) confirman que están gestionando la instalación de un sistema de seguridad que esté conectado con el Cuerpo Nacional de Policía (CNP). En la Federación Hípica se conforman con la alarma, “lo más fácil y rápido”, entienden que “contratar personal es mucho más complejo y costoso y lleva su procedimiento”.
Desde la Policía matizan y corrigen. “Más que de agresión sexual deberíamos hablar de maltrato animal, son delitos diferentes y con penas diferentes”, explican fuentes de la Jefatura, descontentos con el trato dado al suceso, que consideran ha sido inflado por los medios locales. Para la Policía puede ser solo un acto de vandalismo, un pequeño robo si acaso, pero lo que es seguro es que el componente de “agresión sexual” a una yegua le viene grande.
Así y todo, Torres no duda en señalar a los residentes del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) “Parece ser que en el CETI a los que dan problemas los expulsan y por dónde pululan, pues por los alrededores y qué hacen, pues buscar lo que sea”, concluye, “lo mismo ocurre en el Puerto, están todo el día acechando y aquello es un sitio abierto donde cualquiera entra y a nadie se le cierra el paso, entre otras cosas porque no tenemos personal para controlar a quien entra”.
Al menos, en este caso, pudo ser peor, suspira Torres, a la pobre yegua “la podrían haber dado una puñalada o alguna barrabasada peor”. La investigación está en manos de la Policía y “hay que dejarla trabajar” para resolver un caso tan anodino como inquietante.