35 AÑOS

La estafa olvidada de la plaza Nicaragua

La estafa olvidada de la plaza Nicaragua
Aval bancario del pago de 42,4 millones en 1987 ara construir la plaza Nicaragua
Aval bancario del pago de 42,4 millones en 1987 ara construir la plaza Nicaragua
Los vecinos pagaron a través de una promotora al Ayuntamiento 42’4 millones de pesetas en 1987 para construir la plaza pero el dinero se esfumó

35 años, 8 proyectos, dos alcaldes, cuatro presidentes, una docena de concejales y consejeros de obra pública y centenares de anuncios oficiales después, la plaza Nicaragua sigue enfangada. El eterno proyecto estrella para Hadú, anunciado durante décadas y que echó a andar por fin el pasado mes de septiembre vuelve a estar parado. Atrapado en los tribunales por una demanda del antiguo dueño del solar. Pero el motivo por el que la obra se ha vuelto a parar ya les da igual a los vecinos, hartos de promesas incumplidas. La única verdad palpable, la que ven cada día al salir de su casa, es que la plaza prometida sigue siendo un agujero negro en pleno corazón de la barriada. 

“Esta plaza está maldita”, resumen en la asociación de vecinos de Plaza Nicaragua, que llevan tres décadas viendo como se incumplen promesas y naufragan proyectos. Allí se han anunciado viviendas, un centro comercial, una plaza… Pero la realidad es que sigue habiendo solo un enorme agujero y todo apunta a que los vecinos tienen razón: la parcela está maldita. Tal vez porque el proyecto inicial de la plaza Nicaragua ya nació torcido. El germen de la plaza fue a todas luces una estafa. 

Parte del documento de pago de los vecinos de Residencial Galo en 1987
Parte del documento de pago de los vecinos de Residencial Galo en 1987

El problema empezó a fraguarse en la construcción de los bloques de viviendas de Residencial Galo, una promoción de alto nivel para la época. “Aquí compraron piso médicos, empresarios, políticos, aquí invirtió gente de mucho dinero, eran muy buenas casas que no encontrabas en cualquier sitio en Ceuta, yo le compré la casa a un capitán de Caballería”, recuerda el presidente de la asociación de vecinos de la Plaza Nicaragua, Fernando Sotomayor. Pero la promotora de las viviendas, Pro Ceuta, construyó varios metros más allá de la parcela designada y el Ayuntamiento se negaba a conceder la necesaria cédula de habitabilidad. Como solución, la promotora pactó con el Ayuntamiento un extra a cambio de construir en el terreno anexo una plaza  a la que le habían puesto nombre incluso: PLaza Galo.

Un precio extra a modo de compensación que, claro está, iban a pagar los vecinos. En noviembre de 1987, los nuevos propietarios de residencial Galo abonaron 42,4 millones de pesetas a Procesa a través de la promotora, que entregó un aval bancario al Ayuntamiento para construir la plaza y poder por fin entregar las llaves de las nuevas viviendas. “Los vecinos estaban desesperados, habían comprado la casa pero no la tenían. No tenían luz, no había agua, no había ascensor. La única manera era pagar y tener la cédula de habitabilidad como así fue”. Pero no solo no acabaron los problemas, sino que no habían hecho más que empezar.

Plaza Nicaragua desde la calle del mismo nombre
Plaza Nicaragua desde la calle del mismo nombre

“Era una cantidad enorme para la época”, recuerda Sotomayor. Cada vecino aportó medio millón de pesetas pero nunca más volvieron a ver el dinero y, como salta a la vista, tampoco la plaza. La promotora se esfumó y el alcalde Fructuoso Miaja y la entonces concejala de obras públicas, María José Navarro, se desentendieron y “miraron para otro lado”, recuerdan en la asociación de vecinos de Plaza Nicaragua. “Y eso fue solo el principio, como la plaza no se hacía la promotora puso 28 millones por otro lado”, rememora mostrando los documentos que avalan el pago de los primeros 42,4 millones, con el visto bueno del Interventor.

Con el efecto de la inflación, esos 42,4 millones serían hoy casi 675.000 euros, esto es, más de 112 millones de pesetas. Una estafa millonaria en toda regla que quedó en el olvido, pero no para los afectados. “Nadie sabe qué pasó con el dinero”, explica Sotomayor. Él, afortunadamente, no fue uno de ellos, compró su casa poco después del desaguisado. Hoy apenas quedan vecinos de aquellos primeros años y la estafa hace tiempo que prescribió, “pero se sigue sin saber quién se quedó con el dinero”. 

Lo que no sabían tampoco es que aquel era solo el primer problema de una larga lista. 35 años y mucho dinero después, la Plaza Nicaragua sigue siendo solo una promesa.

La estafa olvidada de la plaza Nicaragua


Entrando en la página solicitada Saltar publicidad